Pertenecer a Algo En Común

Lobo
Solista del Ballet de Leipzig y de la Ópera de Leipzig

¿Qué es la danza para usted, y cuál ha sido su experiencia con este arte?

“La danza es un sentido de unidad, independiente del país o cultura en la que me encuentre. Es mi forma de vida, es inspiración y pasión. Es motivación para seguir aprendiendo y evolucionando como artista, y persona. (…) Tuve la suerte de recibir una beca de estudios en Francia a los trece años. Esa fue la llave que abrió las puertas para mi carrera en Europa. He conocido distintos países, culturas, y he podido representar a Colombia en el extranjero. La danza tiene un sentido de unidad porque, al dejar uno su país, terminas llevando una vida solitaria pero que a la vez fortalece los lazos contigo mismo. La danza me da unidad con el público, con las personas con las que trabajo, con mis maestros y compañeros. Es la sensación de pertenecer a algo en común, a algo que nos mantiene juntos; trabajamos por un mismo valor y por un mismo criterio: hacer danza y hacer espectáculos, representar sentimientos a una sociedad que está perdiendo sus valores. Empecé a estudiar en Bogotá, en la Academia Anna Pavlova, y ellos me ayudaron para ir a un concurso internacional en Cuba. Ahí me gané una beca para estudiar en Francia, en Burdeos, seis años. Terminé mis estudios en España, en el centro de danza de Víctor Ullate. Empecé lo que es mi carrera profesional con la compañía de Carmen Roche. Luego estuve con el Gran Canaria Ballet. Por medio de una gala estuve en Alemania, donde me conoció Mario Schröder, director del Ballet de Kiel: de ahí me mudé a Kiel, y de Kiel a Leipzig, donde estoy actualmente.”

¿Cómo ve usted el contexto de la danza en Colombia?

“Cuando empecé mis estudios de danza en Colombia, el ballet no estaba considerado como una profesión seria. Eso es lo que me llevó a dejar Colombia, porque en ese momento no había suficientes ayudas y oportunidades para crecer y desarrollar planes a largo plazo. Volví con el Ballet de Leipzig en 2016 al Teatro Mayor, y tuve la oportunidad de hacer un workshop con los chicos de Alma en Movimiento. Me di cuenta de que en Colombia hay mucho talento y muchos deseos. Lastimosamente no hay un plan a largo plazo, ni una compañía nacional de danza clásica o contemporánea donde trabajar. A veces el talento no es suficiente: se necesita el fortalecimiento de los centros de formación, de los recursos y ayudas, del apoyo del gobierno y del público para seguir creciendo. Lo que he visto cuando estuvimos es que el público apoya: hay la vocación para ir a ver esos espectáculos, y hay apoyo por parte del público colombiano. Ojalá que los jóvenes que puedan bailar tengan una situación mejor a la que tuve yo, que tengan un sitio donde desarrollarse, y quedarse en el país que uno quiere, sin tener que irse.”

¿Qué les diría a esos jóvenes que quieren bailar, y que sienten esa conexión con la danza en Colombia?

“Les diría que sigan sus sueños y sus inspiraciones: si es de verdad lo que ellos desean hacer, que se esfuercen: todo se consigue con trabajo y esfuerzo, con motivación; y que intenten buscar aquellas personas que les puedan colaborar y abrir puertas hacia lugares donde los puedan ayudar a realizar sus sueños. Como todo colombiano: pa’delante, como decimos nosotros. De pecho frente a las dificultades que puedan surgir.”