El barbero de Sevilla

Regresa El barbero de Sevilla de Rossini, una coproducción del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y la Ópera de Colombia, para conmemorar el 25° aniversario del debut de Valeriano Lanchas en el rol que lo ha llevado al Metropolitan Opera House.

  • Agosto 21 de 2019
  • Agosto 23 de 2019
  • Agosto 25 de 2019

El barbero de Sevilla, de Gioacchino Rossini

Ópera bufa en dos actos

Compositor: Gioacchino Rossini

Libreto: Cesare Sterbini, Basado en la comedia homónima de Pierre-Agustin Caron de Beaumarchais

Idioma: Italiano (Con subtitulos en español)

REPARTO

Conde de Almaviva  Pablo Martínez (Colombia)   

Doctor Bartolo  Valeriano Lanchas (Colombia)

Rosina   Paola Leguizamón (Colombia)

Fígaro  Borja Quiza (España)

Basilio  Sergio Martínez (Colombia)

Fiorello /Oficial  Jacobo Ochoa (Colombia)

Ambrogio  Julio Escallón (Colombia)

Berta  Sara Catarine (Venezuela)

 

Orquesta Filarmónica de Bogotá

Director Musical Invitado : Alejandro Roca (Colombia)

                            

Dirección de Escena: Pedro Salazar (Colombia)

Escenografía: Julián Hoyos (Colombia)

Vestuario: Adán Martínez † (Uruguay) / Sandra Díaz (Colombia)

Iluminación: Jheison Castillo (Colombia)

 

Coro de la Ópera de Colombia

Director: Luis Díaz Hérodier (El Salvador · Colombia)

 

TEATRO MAYOR JULIO MARIO SANTO DOMINGO

21, 23 y 25 de agosto de 2019

Sinopsis

Acto I

Escena 1: Amanecer, exterior de la casa del doctor Bartolo a las afueras de Sevilla.

El joven Conde Almaviva ha viajado a Sevilla para conquistar a Rosina, pupila del antipático y avaro doctor Bartolo, quien a su vez aspira a casarse con ella por su fortuna. Con la ayuda de un puñado de músicos locales, el joven le dedica una serenata desde abajo de su ventana, pero Rosina no sale a su encuentro. Aparece Fígaro, barbero y extraordinario “todero”, dispuesto a realizar cualquier servicio con tal de recibir una paga a cambio. Fígaro fue sirviente de Almaviva y está dispuesto a socorrerlo, pues sabe que ganará grandes cantidades de dinero. Además, dice, Bartolo lo contrata con frecuencia como barbero, fabricante de pelucas, farmacista y veterinario: es “el que hace todo en la casa”.

Bartolo se huele que algo no anda bien y manda llamar a Basilio, casamentero y maestro de música de Rosina, para apresurar su casamiento. Rosina burla su guardia y deja caer un papelillo con una nota que entusiasma al cantante. Almaviva teme que Rosina se enamore de por su dinero y sus títulos, así que se hace pasar por “Lindoro”, estudiante pobre, y le canta una nueva canción. Rosina responde positivamente, es arrastrada hacia adentro y encerrada. Para conseguir entrar en la casa, Fígaro incita a que Almaviva se disfrace de soldado ebrio, pues así Bartolo se verá en la obligación de hospedarlo. 

Escena 2: En la mañana, casa de Bartolo.

Rosina escribe una carta a su pretendiente, determinada a entregársela a través de Fígaro. Antes de que pueda dársela, entra Bartolo, sospechoso y rabioso, preguntando por Fígaro, quien logró esconderse a último momento. Rosina niega haberlo visto y sale del cuarto. Entra entonces Basilio. Bartolo consiguió averiguar que es el Conde Almaviva quien está detrás del corazón de Rosina y Basilio se ha enterado que el Conde está en Sevilla. Ambos planean calumniarlo ante Rosina y a apresurar matrimonio. Fígaro, quien ha escuchado todo desde su escondite, le cuenta a Rosina sobre las intrigas de Bartolo, y sobre su supuesto primo, “Lindoro”, quien está enamorado de ella. Rosina le entrega la carta. Al salir Fígaro, entra nuevamente Bartolo ve una mancha de tinta en las manos de Rosina y la cuestiona, sospechoso. Rosina logra burlarlo y salir corriendo.

Berta, la sirvienta de Bartolo se encuentra con el Conde, disfrazado de soldado borracho, quien irrumpe en la casa a los gritos. El Conde disfrazado insulta a Bartolo, y busca a Rosina de reojo. Cuando la encuentra le revela que es “Lindoro” y le entrega una carta. Bartolo se percata y exige verla, pero Rosina le entrega una lista de mercado. Bartolo, furioso, afirma que no está en la obligación de hospedar soldados, y menos en ese estado. El Conde lo reta a un duelo, y poco a poco se arma una gran conmoción hasta que llega la policía a arrestar al soldado turbulento. Almaviva le revela su identidad al comandante, quien lo libera de inmediato. Reina la confusión.

Acto II

Escena 1: Casa de Bartolo, más tarde ese mismo día.

El Conde llega nuevamente, esta vez disfrazado de “Don Alonso”, profesor de música en reemplazo de Basilio, argumentando que este último está enfermo. Inmediatamente procede a ganarse la confianza de Bartolo, mostrándole la carta de Rosina y diciéndole que la encontró a manos de otra mujer. Bartolo lo conduce a Rosina, quien reconoce a “Lindoro”. Rosina canta un aria donde introduce pequeñas muestras de amor hacia “Lindoro”, así como discretos insultos hacia el despistado Bartolo. Este le responde con una desastrosa canción. Entra Fígaro, quien ha venido supuestamente a afeitar a Bartolo, pero tiene un plan entre manos para conseguir las llaves del balcón. Bartolo finalmente cede a su insistencia, pero antes le confiesa a “Don Alonso” que está convencido de que Fígaro está tramando con Almaviva. Sale del cuarto, y Rosina y “Lindoro” aprovechan para intercambiar promesas de amor. Fígaro ha logrado apoderarse de las llaves y se las entrega al Conde. Entra Basilio a la casa de Bartolo, causando conmoción, mientras “Don Alonso” y Fígaro lo diagnostican con la fiebre escarlata. El Conde le desliza algo de dinero para que salga de allí; Basilio recibe el dinero y se esfuma sin hacer preguntas. “Lindoro” y Rosina traman su escape a la medianoche y Bartolo finalmente entiende que “Don Alonso” es un impostor y lo hace huir.

Escena 2: Casa de Bartolo, en la noche.

Bartolo regresa con Basilio, quien confirma que “Don Alonso” debe ser el Conde. El tutor manda llamar un notario para casarlo con Rosina, y procede a contarle a esta que encontró la carta que le escribió a “Lindoro” en manos de otra mujer, acusándolo de traicionar su amor y de querer entregársela a Almaviva. La joven, devastada, revela sus planes de escape. Fígaro y el Conde, quien sigue disfrazado de “Lindoro” entran por la ventana del balcón. Rosina intenta repeler a “Lindoro”, quien a sus ojos ha traicionado su amor para entregársela al Conde Almaviva. El Conde finalmente revela su identidad, y los dos expresan su mutuo amor. Entra entonces Basilio con el notario, y Fígaro aprovecha la ocasión para pedirle que case a “su sobrina” con el Conde. Este último le paga a Basilio por su silencio y complicidad. El notario casa a los dos jóvenes, con Fígaro y Basilio como testigos. Irrumpe Bartolo con un oficial de policía, y Almaviva revela su identidad y se libera inmediatamente de todos los cargos. Bartolo, sin más remedio, se hace a un lado mientras todos celebran el ineludible triunfo del amor.

Personajes y solistas

Conde de Almaviva (tenor)                 

El Conde de Almaviva es un joven noble español que se ha enamorado de Rosina, pupila del doctor Bartolo, quien a su vez quiere casarse con ella. Luego de dedicarle una serenata, y al ver que la joven muestra interés en él al dejar caer una nota desde su balcón, opta por esconder su identidad, temiendo que se deje seducir únicamente por sus títulos y su dinero. Así que se hace pasar por un estudiante pobre, “Lindoro”. Disfrazado de “Lindoro”, hay un nuevo grado de metamorfosis de identidad, pues “Lindoro” se disfraza a su vez en soldado borracho y en “Don Armando”, todo esto para entrar a la casa de Bartolo y conseguir hablar con Rosina. Almaviva es un personaje con cierta inocencia, verdaderamente enamorado de Rosina, pero a su vez termina siendo un títere de Fígaro, quien se aprovecha de su dinero. La interpretación de este rol es muy teatral, pues el cantante debe poder transformarse en varios personajes y además cantar en medio de tanto movimiento y dinamismo. En este caso, el Conde de Almaviva será interpretado por el barítono colombiano Pablo Martínez.

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Foto: Archivo del artista

Doctor Bartolo (bajo)                             

El doctor Bartolo es un hombre mayor, avaro, malhumorado y antipático, tutor de Rosina, con quien planea casarse para apoderarse de su fortuna. Sus planes se ven amenazados cuando aparece el joven Conde Almaviva, quien también aspira a casarse con la joven, y quien posee condiciones mucho más favorables que las suyas. Por ello, acude a Basilio y hace lo posible para apresurar su matrimonio con Rosina, a la vez que intenta calumniar al Conde. A pesar de sus intentos por encerrar a la joven y mantener a su astuto pretendiente a distancia, las intrigas de Fígaro y la perseverancia de los dos amantes logran burlar sus cercos, y al final se resigna a hacerse a un lado. Como dato curioso, este personaje era totalmente secundario en la versión de Mozart, pero Rossini decidió darle un rol protagónico y decididamente bufo. El doctor Bartolo será interpretado por el bajo colombiano Valeriano Lanchas, siendo este el rol que lo ha consagrado internacionalmente, incluido en la Ópera Metropolitana de Nueva York.

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Foto: Archivo del artista

Rosina (mezzosoprano)                                         

Rosina, huérfana y quien ha heredado una pequeña fortuna, es la joven pupila y prisionera del doctor Bartolo, quien quiere casarse con ella para apoderarse de su dote. Cuando la situación parece ineludible, aparece el Conde de Almaviva disfrazado de “Lindoro”, quien también aspira a conquistar su corazón, gracias a la ayuda de Fígaro. Rosina es tan dulce como astuta, y no pierde oportunidades de burlar el celo de su tutor para entusiasmar a “Lindoro” en su conquista, al punto en el que termina burlándose de él e insultándolo en su cara. Si bien en el segundo acto Bartolo logra calumniar a “Lindoro” y a Almaviva y disuadir a la joven de escaparse, sucumbe ante el amor del Conde cuando este revela su identidad y termina casándose con él al final de la obra. Rosina será interpretada por la mezzosoprano colombiana Paola Leguizamón, reciente ganadora del Concurso Maria Callas de Brasil.

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Foto: Archivo del artista

Fígaro (barítono)                            

Fígaro es uno de los personajes más conocidos de la ópera, protagonista de la Trilogía de Fígaro, la cual incluye El barbero de Sevilla, Las bodas de Fígaro y La madre culpable (esta última se presenta rara vez). Originalmente su historia fue escrita por Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, y sus versiones más conocidas de ópera son las de Rossini (1816), y de Mozart (1786). En El barbero de Sevilla, Fígaro es un barbero que ha prosperado al ampliar sus servicios a todo tipo de tareas, desde veterinario hasta fabricante de pelucas. Un “todero”, como él mismo se define. Logra sacar provecho y beneficios económicos de las situaciones que se le presentan, gracias a su astucia y a sus intrigas. Fígaro se pone al servicio de Almaviva, su antiguo patrón, para ayudarlo a conquistar a la joven Rosina y burlar al avaro Bartolo, con todos los beneficios que esto le acarrera. Es interpretado por el español Borja Quiza, quien también lo interpretó en la producción de 2010 de la Ópera de Colombia.

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Foto: Archivo del artista

Basilio (bajo)                                              

Basilio es el profesor de música de Rosina, pero, más allá de eso, es un conocido casamentero, cómplice de Bartolo en este caso para apresurar el casamiento entre el viejo avaro y la joven huérfana. Basilio se presta como informante de Bartolo sobre el paradero y las intrigas de Almaviva en su conquista de la joven, y maquina junto a él un plan para calumniar al Conde. En la medida en la que avanza la obra, Basilio recibe dinero del Conde en dos ocasiones para hacerse el de la vista gorda y permitirle proceder con su plan. Al final, inclusive, termina prestándose como testigo de la boda entre el Conde Almaviva y Rosina, claro está, financiado por el Conde. Este rol será interpretado por el bajo colombiano Sergio Martínez.

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Foto: Archivo del artista

Directores

Alejandro Roca - Director musical invitado

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Foto: Archivo del director

¿Esta es la primera vez que dirige El barbero de Sevilla? ¿Cómo ha sido su experiencia con esta obra?

El barbero es una obra de gran repertorio que yo había hecho varias veces como pianista y director asistente, al igual que he preparado muchos cantantes para los diferentes roles. Sin embargo es la primera vez que voy a dirigir la obra en su totalidad y llega en un muy buen momento pues he hecho ya bastante Rossini y me encanta.

A su modo de ver, ¿qué hace que El barbero de Sevilla sea una obra actual al día de hoy? ¿Cómo entrar en ese universo?

El humor refinado de Beaumarchais y la crítica social que representa son totalmente entendidos al día de hoy. Las grandes obras como esta permanecen en los siglos y cada generación les da una lectura adaptada a su realidad. La mejor clave para entrar en el universo es no prevenirse, sólo dejarse llevar por la trama y por una música maravillosa y sensorial que la acompaña.

Háblenos del reparto de esta ópera

Es un síntoma de nuestro momento actual y que nos llena de orgullo. Pues es un reparto que es simbólico por todos los flancos: es el 25 aniversario del debut profesional de Valeriano Lanchas, quien entonces cantaba Fiorello y en esta ocasión hará el Bartolo, que es el rol que le ha abierto las puertas de los grandes teatros, incluido la Metropolitan Opera de Nueva York, donde yo tuve la suerte de escucharlo y aplaudir emocionado. Adicionalmente el reparto está conformado por muchos jóvenes cantantes colombianos que tienen un nivel extraordinario y están haciendo unas bellas carreras, como Pablo Martínez, Paola Leguizamón y el jovencísimo Jacobo Ochoa. Este último debuta con la compañía en el rol que cantaba Valeriano hace 25 años, en una suerte de relevo generacional. Finalmente tenemos a un especialista mundial en el rol de Figaro, Borja Quiza, quien ha cantado mucho este papel y es un actor impresionante. Cantó el rol en Bogotá hace nueve años y desde entonces siempre quisimos traerlo de nuevo.

Pedro Salazar - Director escénico 

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Foto: Archivo del director

Por qué considera usted importante darle una dimensión dramática a la ópera?

La ópera es teatro. Para mí todo el teatro es musical. Así esté montando una obra de Chéjov hay un componente rítmico donde el escuchar es el valor fundamental. Quizás no hay un dramaturgo más musical que Chéjov, pues todo se basa en pausas y silencios; en momentos no cotidianos que cuentan todo sin tener que explicarlo. Lo interesante de la ópera es que el elemento dominante es la música. La música lidera la historia, pero las tensiones dramáticas, los arcos de los personajes, los relieves en el desarrollo de la pieza no se anulan por la música, sino muy al contrario se realzan. De alguna manera, el proceso de montar de teatro y de montar ópera es casi el mismo. Más aún en una obra como El barbero de Sevilla que viene de un legado teatral muy definido: la obra dramática de Beaumarchais, inscrita dentro de un código cómico, cuasi fársico, pero que habla de estructuras sociales que han de romperse con la revolución francesa. Pero, además del texto está Rossini, con su mirada musical, su apropiación del texto de Beaumarchais; hay que estudiar la música, conocerla al derecho y al revés. De ella surgen las imágenes, los movimientos, las tensiones. Siento que hay que querer la música, hacerla propia y, a partir de ella, hacer teatro.

¿Podría contarnos sobre esta versión del Barbero?

En nuestro Barbero queremos utilizar elementos de la comedia del arte para entender mejor las jerarquías que están en juego. La comedia física será un componente esencial de la puesta en escena. Claramente la sociedad de nuestros días es muy diferente a la de Rossini en el siglo XIX y a la de Beaumarchais en el siglo XVIII. Pero muchas de las luchas de la época siguen vigentes: la liberación de la mujer; el rompimiento de las clases y estructuras sociales. No es claro que la obra de una solución a estos problemas, pero los pone en evidencia. La producción utiliza elementos de la Sevilla de la época del autor. Estamos en un espacio que combina la arquitectura mozárabe con la rigidez del encierro en un entorno conservador, hipócrita y quizás religioso. La comedia es el vehículo de escape; la irreverencia el antídoto contra el oscurantismo y la calumnia. El barbero es una ópera generosa, de alguna manera ligera, pero en el trasfondo subyace una situación terrible, que debe hablar directamente al público de hoy.

Sobre Gioacchino Rossini

(Italia, 1792 - Francia, 1868)

Rossini nació en Pesaro, Italia, en 1792, hijo de un trompetista errante que tocaba en numerosas bandas y orquestas, y de una cantante de roles secundarios. Siempre tuvo una gran proximidad con el teatro y con las artes dramáticas. Supremamente perezoso como estudiante, descubrió muy pronto un gran talento hacia el canto y la interpretación musical, el cual brotaba muy naturalmente. Aprendió a tocar el violín, corno y el clavecín, y cantó en público con frecuencia, para ganar algo de dinero, hasta que mudó de voz. A los catorce años había compuesto ya su primera opera seria, Demetrio y Polibio. Sus grandes maestros de composición eran Haydn y Mozart, privilegiando así la música alemana, hasta el punto en el que llegaron a llamarlo “il tedeschino” (el pequeño alemán”).

Rossini empezó su carrera trabajando la ópera bufa, la cual estaba muy de moda en la época. Su primer título del género fue La cambiale di matrimonio, estrenada en 1810. Muy pronto revolucionó la forma tradicional de la ópera bufa, con melodías embellecidas y la invención del florido estilo bel canto. Su verdadera gloria llegó con Tancredi, estrenada en Venecia 1813 y con la cual intentó reformar definitivamente la opera seria; fue tan exitosa que los venecianos tararearon sus canciones durante varios días en las calles y canales de la ciudad. Gracias a una propuesta del empresario napolitano Domenico Barbaia, Rossini firmó un contrato que le permitió tener una gran estabilidad, y a su vez conoció a la que se convertiría en su esposa, la cantante lírica y diva Isabella Colbran, de la cual se enamoró profundamente.

Pronto empezó a hacer óperas para un público romano, fracasando monumentalmente en esta ciudad con Almaviva (El barbero de Sevilla), ya que en la ciudad habñia una gran fanaticada de la versión de Paisiello. En cambio, en otras ciudades y regiones de Italia esta ópera se presentó con gran éxito. Cabe resaltar que Rossini la escribió en un lapso de tres semanas. Luego de escribir títulos como La cenerentola, Otello y Semiramide, Rossini se decepcionó del público italiano, el cual no entendía su trabajo y lo menospreciaba, y decidió mudarse a Francia, donde obtuvo reacciones diversas. Su última obra fue Guillermo Tell, estrenada en 1829, la cual incursionó en los temas del nacionalismo y la libertad, la cual recibió una calurosa ovación por parte del público. Esta era la primera ópera de un contrato de cinco títulos, el cual se disolvió con el cambio de gobierno en Francia en 1830.

Rossini vivió casi treinta años más, pero no volvió a componer ninguna ópera, lo cual es uno de los grandes misterios de su vida. Epicuriano y hedonista por naturaleza, se rumorea que dejó de hacerlo por pura pereza, mientras otros consideran que fue la hostilidad del público parisino. Escribió algunas pieas religiosas como Stabat Mater. En sus últimos años se dedicó plenamente a su hedonismo.

Sabías que...

- El barbero de Sevilla es una ópera bufa de Gioacchino Rossini con libreto de Cesare Sterbini, basada en la primera obra de la trilogía de Fígaro de Pierre-Agustin de Beaumarchais.

- Anteriormente, sobre el mismo tema, se había hecho la ópera El barbero de Giovanni Paisiello y la obra de Nicolas Isouard.

- Treinta años antes de la obra de Rossini, Mozart creó Las bodas de Fígaro, basado en la segunda obra de la trilogía. Rossini admiraba notablemente a Mozart y hacía ensambles de su estilo. Era tal su fascinación que a Rossini le decían “el pequeño alemán”.

- La estrenó en febrero de 1816, en el Teatro Argentina de Roma, cuando Rossini tenía apenas 25 años de edad. El estreno fue un fracaso.

- Inicialmente Rossini la tituló Almaviva, o la precaución inútil para diferenciarla de la obra de Paisiello, la cual había tenido un éxito impresionante y contaba con numerosos defensores.

- En su estreno, los defensores de Paisiello, quienes se habían tomado la creación de Rossini como una traición, se dirigieron al Teatro Argentina y la abuchearon estrepitosamente durante toda la presentación.

- Fue por ello que, para su segunda presentación, Rossini se quedó en casa y evitó presentarse en el teatro. Esta vez, sin los defensores de Paisiello, la obra fue aplaudida con entusiasmo por la audiencia. Al acabar la obra, un grupo de personas se dirigió a la casa de Rossini para vitorearlo.

- La obra de Rossini cambió definitivamente de nombre en agosto de 2016, al morir Paisiello.

- Rápidamente, la obra empezó a hacer giras por Europa. De hecho, en 1825, fue la primera ópera en ser cantada en italiano en la ciudad de Nueva York.

- El barbero de Sevilla de Rossini es considerada la ópera bufa más importante de la ópera.

- Ha tenido múltiples cambios, según el enfoque de los directores y productores, así como de las características específicas de los artistas.

- Por ejemplo, hay quienes han dividido el primer acto en dos, para que la obra se realice en tres actos.

- El cambio más frecuente de esta ópera ha sido la transposición de la voz de Rosina, originalmente mezzosoprano, al registro de soprano. Usualmente, cuando se realiza, se cambia también el registro original de Berta (soprano) al de mezzosoprano, para conservar la diferencia entre la coloratura vocal de los dos personajes.

- Esta es la ópera más presentada en Colombia, con un total de 69 fechas en Colombia, en 10 temporadas. Con las tres funciones que se realizarán en el Teatro Mayor, serán 72 en total.

- El aria que canta Fígaro cuando aparece en escena, “Largo al factotum”, en la que repite proclamaciones de su propio nombre, es una de las más conocidas del género en todo el mundo.