Del Infierno al Paraíso en un viaje del alma

Los bailarines-acróbatas flotan como plumas por el escenario y cuentan la historia en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Las mujeres y los hombres, terrestres y divinos, mortales e inmortales de los que habla Dante en La Divina Comedia no son cuerpos sino inteligencias, memorias, visiones, deseos, ideas: almas. Y las almas no pesan.

Esta intuición física y poética es el punto de apoyo desde el que emprende, literalmente, el vuelo el montaje de Emiliano Pellisari.

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Desde el Infierno hasta el Paraíso, el viaje se desmaterializa poco a poco: las referencias, que nunca son realistas, al principio se reconocen en los episodios y en los diferentes protagonistas del Poema, para ir haciéndose después cada vez menos evidentes. Y al mismo tiempo, el corazón visual del espectáculo se enfoca cada vez más en la comprensión y resititución de la progresiva pérdida de sí del hombre de Dante en el prevalecer de un estupefacto sentir espiritual, de una suspendida y cándida ligereza.

Detrás de esta hermosa producción, más que un coreógrafo, Pellisari se ha sido definido como un arquitecto del cuerpo humano.

 

ALIADOS TRANSVERSALES

ALIADOS MEDIÁTICOS