El Rinoceronte: rompiendo el estereotipo del teatro de títeres

Llega 'El Rinoceronte' y la calma y rutina del pueblo se ve perturbada por todos los cambios que están teniendo sus habitantes. El montaje, que combina la actuación con el manejo de los títeres, le da vida a los personajes de tal forma que es fácil olvidar que hay humanos detrás de los muñecos y se empieza a sentir por ellos. Rápidamente se genera empatía por sus dramas, sus angustias y temores ante la epidemia de la ‘rinocerontitis’ que se va propagando hasta dejar solo a un hombre inmune.

Cabe destacar también el manejo del escenario por parte del reparto, que con una sola estructura a base de cajas y escaleras consigue crear los espacios perfectos para el desenvolvimiento de los protagonistas, quienes con un lenguaje coloquial y humorístico logran una profunda reflexión sobre las sociedades jerárquicas y la esencia del ser humano. 

En definitiva, el público de 'El Rinoceronte' se dejó contagiar de un clásico del absurdo que da para reír y para pensar gracias a la excelente puesta en escena de la compañía colombo-suiza.

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