Las mentes maestras detrás de Grupo Corpo

Rodrigo es coreógrafo y Paulo es el director artístico de la compañía. Empezaron en el año 75 con más personas, y llevan ya 39 años con Grupo Corpo. Siendo muy jóvenes, incursionaron en la danza cuando vivían con unas chicas que también gustaban de bailar.

Su idea era hacer de la danza una profesión. En esa época, no había en Belo Horizonte (su lugar de nacimiento) una compañía profesional, entonces decidieron crear la suya. Dice Rodrigo que fueron ‘tiempos de locura’.

El proceso de creación de Grupo Corpo tuvo tres fases distintas. La primera fue cuando trabajaron con Óscar Aráiz, popular coreógrafo argentino, quien afirma fue su maestro, y que hizo dos piezas para ellos en sus principios. En los años 80, Rodrigo empezó a asumir la posición de coreógrafo residente de la compañía y se enfocaba en los clásicos. A principio de los 90 hubo un cambio muy grande y comenzaron a trabajar con música hecha exclusivamente para sus obras, y fue en ese momento en el que Grupo Corpo creó y definió un lenguaje particular y propio.

El trabajo como coreógrafo de Rodrigo es reconocido mundialmente. Ha colaborado con el Ballet del Teatro Municipal de Río de Janeiro, el Ballet del Teatro Guaíra, la Compañía de Danza de Minas Gerais, la Ópera Alemana de Berlín, Les Ballets Jazz de Montreal, y la Ópera de Rhin de Francia, entre otras.   

A pesar de que Grupo Corpo es una compañía con gran prestigio y trayectoria, les es difícil presentarse en más países de los que quisieran. En Latinoamérica solo han tenido la oportunidad de estar en Chile, Colombia y Argentina. Siendo un equipo de 32 personas, el costo para viajar es muy alto, teniendo en cuenta que también los escenarios y la parte técnica son de una estructura grande.

Rodrigo espera recorrer más sitios en un futuro para poder conocer más gente y artistas del ámbito y tener más contacto con su trabajo. Habla emocionado de la visita de Grupo Corpo a Colombia, pues en la anterior, la presentación de la compañía tuvo bastante acogida. Recuerda haber estado en un bar de Bogotá, del que olvidó su nombre, pero que es diseñado con escenarios de teatro. Dice que ‘era un sitio muy especial al que íbamos todos y nos divertíamos muchísimo.’  

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