Una noche de sencillez drexleriana para el alma

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Haciendo honor al nombre de su nuevo álbum, el carismático cantautor uruguayo empezó su concierto, del 9 de septiembre en el Teatro Mayor, bailando. Él y su equipo de músicos salieron a la tarima recreando la coreografía del videoclip de ‘Universos Paralelos’, primer single de este disco.

La reacción de sus fans no se hizo esperar, predominaban los gritos de las mujeres, encantadas por los pasos de Drexler; quién en rueda de prensa había confesado que ahora amaba la danza. Entre aplausos y chiflidos, Jorge tomó su guitarra, e iluminando el escenario con su gran sonrisa, comenzó a tocar.

Empezó con temas de su nuevo trabajo, el cual fue grabado en Colombia. Estrenó la canción ‘El fin y el medio’ ante un público que no paraba de aplaudir, y de voces femeninas que le lanzaban todo tipo de piropos. ‘Papacito, ¡te amo!’, era uno de los que más se escuchaba.  Algunos hombres, incluso, pedían silencio para poder disfrutar de las melodías y clamorosa voz del uruguayo.

Con su humor particular, Drexler agradecía el cariño de la gente, y emocionado seguía cantando. En un momento la alegría y euforia fue tanta, que una pareja se paró a bailar una de sus canciones románticas que lo ameritaba. Él, al darse cuenta, no pudo evitar dejarse contagiar del jolgorio, y bajó de la tarima, tomó la primera dama que vio de la mano, y bailó con ella.

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El recital se tornó rápidamente en una fiesta. La mayoría de los espectadores se acercaron para tener la oportunidad de tener a su ídolo lo más en frente posible, y poder expresarle lo que su música les hacía sentir. Otros entonaban sus letras y solo danzaban al ritmo de sus acordes y lo sonidos de su grupo de artistas, que nunca dejaron de hacer sonar sus palmas.

Conmovido, Jorge quiso dedicar 'Caí creo que caí' a Bogotá, afirmando que es una canción de amor para la ciudad, que no lo dice en todos lados, solo en las ciudades que marcan sus canciones, "así que lo digo de corazón", afirmó el uruguayo mientras los asistentes enloquecían (ver video).

Después de la que parecía ser su última interpretación, besó el escenario del Teatro Mayor, y mientras se despedía, el público pedía más y más. Con su sonrisa eterna, siguió a los camerinos y las llamadas por su presencia se seguían escuchando. Entonces, volvió y cantó ‘Todo se transforma’, uno de sus clásicos, y el Teatro vibró con el canto unísono de todos los presentes.

Se volvió a despedir, pero la gente seguía gritando: ‘¡otra, otra! Y Jorge, muy complaciente, decidió cantar una más. Esta vez dijo su último adiós con ‘Me haces bien’. Dejó el escenario, pero no sin antes dar crédito de la presentación a sus músicos. Pidió al público el mismo cariño para ellos, se retiró, y luego de un rato volvió para hacer venia y dar promesa de un próximo encuentro, no muy lejano.

 

Por: Adriana Abril

 

 

 

 

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