El cuerpo de los unicornios
Cuando la creadora, artista y performer Chiara Bersani intentó comenzar a trabajar en el medio artístico de Italia, se encontró con una barrera invisible: ella, una mujer de 98 cm. de altura, encontró que no había escuelas ni grupos dispuestos a adaptarse a los tiempos y las propuestas de personas que, como ella, estaban en situación de discapacidad. Sin embargo, ella encontró aliados, unió al arte con el activismo y encontró un discurso propio que la llevó a pensar en el cuerpo.
Chiara Bersani ha sido performer, directora y coreógrafa. Sus obras han sido presentadas dentro y fuera de Italia y experimentan con diferentes lenguajes que se encuentran en los campos de las artes escénicas, el teatro de investigación y el video. “Cuando empecé a pensar como autora y dramaturga me di cuenta que era muy importante hablar de mi cuerpo, de la idea de un cuerpo diferente. La gente con discapacidad está en el mundo y un arte que no habla de ella es un arte incompleto”.
Chiara está vestida con una sudadera gris y explica con calma en una transmisión del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo cómo llegó al concepto del cuerpo político, un concepto filosófico del siglo XX que intenta imprimir en sus obras: “Para mí es lo que pasa cuando dos personas se encuentran en una calle y se hacen una idea del otro simplemente observando su cuerpo: es una idea que nace del prejuicio. Lo que me interesa, sin embargo, es un segundo momento, porque uno puede elegir quedarse con esa idea, o puede intentar hablar con la otra persona para descubrir quién es”, dice. “Yo tengo un cuerpo con discapacidad, si te encuentras conmigo en la calle vas a pensar que soy una mujer pequeña, que tengo una forma de cuerpo rara, una voz rara; pero yo quiero tener un mensaje diferente, por ejemplo que mi cuerpo hable de sensualidad, y si te tomas el tiempo de conocerme, puedes entender que mi cuerpo sí habla de eso”.
La obra que se presenta en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo el jueves 17 y el viernes 18 de febrero a las 8 p.m. habla de eso en una interesante clave metafórica: Bersanieligió la figura del unicornio porque es una criatura sin historia: ella pensaba que era una criatura mitológica, como el minotauro, pero encontró que había varias versiones y que muchas instituciones habían tomado al unicornio como símbolo para ejercer su poder. “Yo, Chiara Bersani, de 98 cm. de altura, me autoproclamo carne, músculos y huesos de unicornio. Como no conozco su corazón, intentaré darle a esta figura mitológica mi aliento y mi mirada. Me vestiré a su imagen, haré un disfraz a su semejanza que se convertirá armadura y piel. Vamos a descubrir sus movimientos, nuestros besos, nuestros saludos, nuestros bostezos, como una forma de diálogo entre mi figura, que actúa, y sus formas, que visten”, escribe ella en el manifiesto de su obra, ‘Gentle Unicorn’, una obra que despierta preguntas universales sobre el cuerpo, sobre el otro y sobre nosotros mismos.
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