El Gran Teatro del Liceu de Barcelona reanudó sus conciertos con un público muy especial

Un cuarteto de cuerdas se presentó en el escenario del teatro catalán ante una platea llena de cuerdas.

Ese público está vivo. Puede que no se pare para aplaudir al final de la presentación, que no apague sus celulares antes de la función, que no inunde la sala con los sonidos de sus toses o de sus movimientos; pero está vivo.

El Gran Teatro del Liceu de Barcelona, uno de los escenarios más icónicos de España, ha pasado varios meses sin público en sus sillas ni artistas en sus escenarios desde que se declaró la emergencia debido al avance del coronavirus (Covid-19). Ahora, mientras España está viviendo la etapa de desescalada del aislamiento, y en algunas zonas del país las salas de artes escénicas se preparan para regresar a su programación siguiendo los protocolos establecidos, el Liceu apostó por un regreso innovador.

Sus 2292 sillas fueron ocupadas por un particular público: 2292 plantas que fueron las espectadoras del Concierto del bioceno que se realizó el 22 de junio y que todavía se puede ver en el canal de YouTube del teatro. Míralo aquí. 

La presentación, una iniciativa del Liceu junto al artista Eugenio Ampudia y a la Galería Max Estrella, tiene como objetivo, según el diario La Vanguardia de España, situar al mundo vegetal en un plano de igualdad con los seres humanos. “¿Cómo? Pues invitando a plantas de viveros de la zona a ocupar un aforo por el momento inutilizable para un público”, añade la publicación.

En el concierto, de unos diez minutos de duración, el cuarteto UceLi Quartet interpretó la pieza Crisantemi del compositor italiano Giacomo Puccini. Según los registros de historia musical, Puccini compuso esta pieza en homenaje a un amigo fallecido.

Antes de que el cuarteto comenzara su interpretación, y como si se tratara de una función normal, por los altavoces del teatro se escuchó el llamado -en catalán, en español y en inglés- que invitaba al público a guardar silencio, apagar los celulares y no hacer fotografías durante la función.

La grabación va intercalando los planos normales de la interpretación de los músicos -Yana Tsanova (violín), Oleg Shport (violín), Claire Bobij (viola) y Guillaume Terrail (violonchelo)- con secuencias de las plantas que mansamente presenciaban aquel acontecimiento.

Incluso, al finalizar, se escuchó la grabación de unos sonidos que bien hubieran podido confundirse con unos aplausos, pero que en realidad eran grabaciones de cómo sonaban las plantas cuando se ubicaron en las plateas.

“En un momento en el que una parte importante de la humanidad se ha confinado en espacios acotados y se ha visto forzada a renunciar a la movilidad, la naturaleza ha avanzado para ocupar los espacios que le hemos arrebatado. Lo ha hecho con su cadencia propia, apenas asomando de nuevo, con su paciente ciclo biológico. ¿Se puede ampliar el concepto empatía hasta llevarlo a la relación con otras especies? Comencemos por el arte y la música. En un gran teatro. Invitando a la naturaleza”, escribió Ampudia en el mensaje de presentación de esta propuesta.

Además de este Concierto para el bioceno, el Gran Tetro del Liceu tiene planeado retomar su programación en vivo con una serie de conciertos al aire libre, comenzando con Max Richter: Vivaldi Recomposed, que se realizará el 9 y el 10 de julio en los Jardines del Teatre Nacional de Cataluña.

Las presentaciones serán protagonizados por el Ensemble de la Orquesta Sinfónica del Liceu, dirigida por Kai Gleusteen y compuesta por 18 músicos que estarán separados por un metro y medio de distancia de sus compañeros, siguiendo así las medidas de seguridad.

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