El menú musical del Sargento Remolacha

El menú musical del Sargento Remolacha

Juancho Valencia, el director de Puerto Candelaria, ha explorado varios terrenos musicales en su carrera como compositor, arreglista y productor.

Tal vez la imagen más común de Juancho Valencia sea con sus manos como serpientes recorriendo el teclado y sus rizos bailando en el aire en los conciertos de Puerto Candelaria. Pero este músico de Medellín tiene muchas otras facetas igual de exitosas que la que ha protagonizado con su banda.  

En noviembre del año pasado, para celebrar esos 20 años de exploraciones sonoras y rítmicas, Puerto Candelaria protagonizó un concierto especial en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Hasta el jueves 18 de marzo, esa presentación se podrá revivir en la plataforma Teatro Digital, de Bancolombia y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, un escenario de la Alcaldía Mayor de Bogotá a través del Instituto Distrital de las Artes. 

Paralelo a esa historia de éxitos que ha contado con Puerto Candelaria, Valencia también es el cerebro creativo de Merlín Producciones, un sello discográfico enfocado en destacar propuestas de la escena musical independiente.  

Además de Puerto Candelaria, Merlín también trabaja con artistas como Maite Hontelé, Chelo La Cabra, La Trópico Big Band y Babalú Quinteto. De esta unión han nacido trabajos como Cuba sobre cuerdas, de Babalú, nominado al Grammy Latino como Mejor álbum tropical tradicional, y Cuba linda, también nominado a este galardón, en el apartado de Mejor álbum de salsa. 

A ese trabajo se suman eventos como el Primavera Fest, un encuentro anual en el que la música se une con una propuesta de entretenimiento sostenible, que explora estrategias que buscan reducir la huella de carbono.  

Valencia, conocido también como el Sargento Remolacha, además ha producido trabajos discográficos en varios géneros. Con ChocQuibTown, por ejemplo, trabajó en Behind The Machine, que en los Grammy anglo del 2013 estuvo nominado como Mejor álbum de rock latino, urbano o alternativo.  

Como arreglista, el director de Puerto Candelaria ha hecho experimentos diversos. Desde llevar a Mozart a vivir a Colombia, con una versión en cumbia de La lacrimosa del célebre Réquiem del austriaco, hasta sus arreglos sinfónicos de éxitos del folclor nacional.  

En este último campo, por ejemplo, hizo los arreglos de la versión de Jaime Molina de Rafael Escalona que la Orquesta Filarmónica de Bogotá incluyó en su disco 50 años tocando para ti, ganador del Grammy Latino 2019 a Mejor ingeniería de grabación para Rafa Sardina.  

En el terreno de la música clásica, Valencia hizo los arreglos del álbum El hilo invisible, de la cantante mexicana Jaramar y el Cuarteto Latinoamericano, también de México. El trabajo, que se basaba en la herencia de los cantos sefardíes, ganó el Grammy Latino a Mejor álbum de música clásica en el 2016.  

Las recetas del Sargento Remolacha no se han detenido. En el 2019, con Puerto Candelaria lanzó el disco Yo me llamo Cumbia, compuesto por nuevas versiones de grandes clásicos de ese ritmo colombiano creados por Mario Gareña, Lucho Bermúdez, Pacho Galán, José Barros y Clímaco Sarmiento.  

Ese mismo año, el Yo me llamo Cumbia ganó el Grammy Latino como Mejor álbum de cumbia. 

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