El mundo que ha sonado en el Teatro Mayor

Grandes cantantes han triunfado en nuestro escenario con sus particulares estilos.

La llamaban la ‘Diva de los pies descalzos’, pues solía salir al escenario sin calzado, con las palmas de sus pies desnudos tocando el parqué. Era su manera de homenajear a los pobres de su país, Cabo Verde. Tenía en aquel entonces 69 años, y solo 22 años atrás había lanzado su primer disco y su nombre comenzó a sonar con fuerza en la escena musical francesa. Era Cesária Évora, una de esas voces que la naturaleza cada tanto le regala al mundo, y cuyas canciones mezclaban el dolor de su sociedad con una poética única.

La caboverdiana fue la encargada de inaugurar la temporada Música del mundo del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo en marzo del 2011. No se hubiera podido pedir una mejor figura para darle comienzo a una franja que desde aquel entonces ha presentado las mejores voces del planeta.

Antes de ese concierto, Évora le dijo a la prensa que su costumbre de salir con los pies desnudos también tenía una razón muy práctica: “en Cabo Verde hace mucho calor y es normal que la gente camine así”, afirmó a la agencia EFE. Nueve meses después de ese concierto, la célebre artista fallecería en su ciudad natal, Mindelo.

La temporada Voces del mundo del Teatro Mayor, que está celebrando sus primeros diez años, no solo ha presentado voces sublimes (para hacer honor al nombre de la franja), sino artistas con historias de vida ejemplares.

En el 2015, por ejemplo, se presentó otro músico africano, el maliense Salif Keïta, que curiosamente hizo varias colaboraciones con Évora, como la canción la canción Yamore. Keïta es albino, lo que en su país se consideraba una maldición, y es heredero de Soundjata Keita, fundador del imperio de Mali. Su deseo de ser cantante fue prohibido por su familia, por lo que decidió alejarse de ella para cumplir su sueño y terminó convirtiéndose en un símbolo de la música africana y de la llamada música del mundo.

Otra diva de ese circuito de la música del mundo, la cubana Omara Portuondo, también visitó la sala del Teatro Mayor en el primer año de funcionamiento del escenario. La gran dama de la canción cubana, voz de agrupaciones como la Orquesta Aragón y quien alcanzó la fama mundial gracias al proyecto Buena Vista Social Club, se presentó el primero de octubre del 2010. 

Otras artistas latinoamericanas como Tania Libertad han visitado en varias ocasiones el Teatro Mayor. La gran cantante peruana nacionalizada mexicana ha mostrado su versatilidad en esta sala, pues en una ocasión cantó boleros con Armando Manzanero y después les puso su voz a los más importantes clásicos rancheros, con tanta propiedad que pareciera que su voz se hubiera fermentado en tequila desde tiempos inmemoriales.

El Teatro también ha recibido mezclas musicales que a simple vista parecían inauditas, como la que protagonizaron la alemana Ute Lemper y el Sexteto Piazzolla de Argentina. Lemper, cantante, actriz y bailarina, protagonista de musicales de Broadway y quien parece haber salido de esos cabarets de mitad del siglo XX, quiso hacer un viaje por el mundo del tango y se unió a esta agrupación argentina, liderada por Daniel ‘Pipi’ Piazzolla, nieto del célebre músico gaucho. El resultado fue un recital exótico, sostenido por el genio musical de las composiciones de Piazzolla y potenciado por la hipnótica presencia escénica de Lemper.

Y así como ellos, en el Teatro Mayor han sonado las voces de grandes cantantes como los brasileños Gilberto Gil y Carlinhos Brown, el español Miguel Poveda y tantos más.

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