La ópera ha sonado fuerte en el Teatro Mayor

En la celebración de los diez años del teatro, un repaso por su apuesta lírica.

Aquella era una combinación singular. La música que salía del foso era interpretada por el ensamble L’Arpeggiata, dirigido por la francesa Christina Pluhar, que se ha distinguido por su trabajo con la música antigua. La estética salió de los cerebros de los hermanos Heidi y Rolf Abderhalden, creadores de Mapa Teatro, una de las fuerzas más apabullantes del teatro colombiano contemporáneo. El libreto, en español, estaba a cargo de Hugo Chaparro Valderrama, quien se inspiró en el mito de Orfeo, pero atrajo la historia a las selvas amazónicas. La voz principal era el argentino Nahuel Pennisi, un cantante invidente que se hizo famoso por los videos que lo retrataban cantando en la concurrida Avenida Corrientes de Buenos Aires.

Con todos esos brochazos se creó Orfeo, clasificada como una ópera barroca experimental, que el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo estrenó en el 2014. La conmovedora interpretación de Pennisi como un Orfeo que absorbía su fuerza poética de la cultura chamánica, la ingeniosa puesta en escena y la impecable música de L’Arpeggiata convirtieron esta ópera en uno de esos montajes memorables del Teatro Mayor. Ingresa aquí. 

La pieza además representa lo importante que es el género lírico para el Teatro, que ha buscado generar nuevos públicos con audaces e innovadoras producciones. Fue así desde que el escenario abrió sus puertas, pues la primera producción lírica que presentó fue La pequeña flauta mágica (2011), del Gran Teatro del Liceu de Barcelona, una adaptación infantil de la obra de Mozart.

Un año después, el Teatro Mayor recibió a uno de los directores de escena más importantes de Europa, el español Calixto Bieito, que presentó una arriesgada versión de la Carmen de Bizet, en una producción de la Ópera Zuid Maastrich de Holanda, con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.

En el 2013, el Teatro estrenó su primera gran producción lírica, la cantata Carmina Burana de Carl Orff, de la mano del grupo L’Explose. Con dramaturgia de Juliana Reyes y dirección escénica y coreografía de Tino Fernández, la puesta en escena tuvo novedosas propuestas, como hacer que los integrantes de los coros (Coro de la Ópera de Colombia y Coro Filarmónico Infantil de la OFB) tuvieran su propia partitura de movimientos.

La producción, que también contó con la participación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, ha agotado boletería en todas sus temporadas e incluso se montó en el Gran Teatro Nacional de Lima (Perú).

Luego de estas exitosas apuestas, la programación de ópera continuó con piezas como Rigoletto, de Verdi (2015), de la Opernhaus Zürich con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, el Coro de la Ópera de Colombia y varios solistas nacionales; Salomé, de Richard Strauss (2016), que era la primera vez que se montaba en el país y generó polémica por el final que propuso el director de escena Joan Anton Rechi, y Tristán e Isolda (2016), de la Philharmonisches Staatsorchester Hamburg, bajo la dirección de Kent Nagano.

En el 2017, el Teatro Mayor comenzó sus coproducciones con la Ópera de Colombia con Orfeo y Eurídice, de Christoph W. Gluck, en la que brillaron artistas colombianos como el director musical Adrián Chamorro, la Orquesta Filarmónica de Cali, Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin y el Coro de la Ópera de Colombia. La dirección escénica estuvo a cargo de Alejandro Chacón.

Este capítulo de coproducciones continuó con Falstaff, de Verdi (2017); El caballero de la rosa, de Strauss (2018), junto al Teatro Municipal de Santiago de Chile y la Orquesta Filarmónica de Bogotá; Madama Butterfly (2019) y El barbero de Sevilla (2019), con la participación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

En los últimos años, un protagonista fundamental de la ópera en el Teatro Mayor ha sido el director escénico argentino Marcelo Lombardero, quien se ha caracterizado por darles una nueva vida a grandes clásicos del género. Lombardero, que ya había trabajado en el Teatro en la ópera Ainadamar, que se presentó en el 2012, estrenó en el 2018 Auge y caída de la ciudad de Mahagonny, una creación de la genial dupla alemana compuesta por el dramaturgo Bertolt Brecht y el compositor Kurt Weill.

Esta coproducción del Teatro Colón de Buenos Aires, el Municipal de Santiago y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo retrataba a ese paraje exótico de Mahagonny como un lugar lleno de excesos, a partir de un ingenioso sistema de proyecciones.

En febrero del 2020, Lombardero apuntó hacia otro clásico, Don Giovanni, de Mozart, en una coproducción con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, en la que el célebre personaje se ubicaba en tiempos modernos.

La zarzuela, otro género lírico, también ha estado presente en la programación del teatro con producciones de gran formato como Viva Madrid (2011), una coproducción con los Teatros del Canal de Madrid; Luisa Fernanda (2014), coproducción con el Teatro Real de Madrid, y La del manojo de rosas (2015).

El Teatro también ha propendido por el trabajo en red y pertenece a asociaciones como Ola Ópera Latinoamérica, conformada por más de 40 miembros de teatros y compañías de ópera de América Latina, y que busca  difundir y promover el arte lírico. Cada año, Ola realiza un encuentro anual con el objetivo principal de evaluar la posibilidad de que los teatros miembros trabajen en conjunto. En el 2018, el escenario colombiano fue la sede de este evento

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