Leopoldo Federico tiene nombre de bandoneón

En su poema Che bandoneón, el argentino Julio Cortázar escribió que el célebre instrumento, piedra angular del tango, tenía varios nombres. Se llamaba, entre otros, Piazzolla, como Astor; Pichuco, como Aníbal Troilo, y Federico, como Leopoldo. 

Este último, Leopoldo Federico, fue una especie de eslabón que unió esos años gloriosos del tango de la primera mitad del siglo XX con las nuevas figuras que se fueron abriendo camino hasta nuestros días.  

Federico, que falleció en el 2014, tocó junto a Astor Piazzolla y acompañó con su bandoneón la voz de Julio Sosa, uno de los mayores íconos del canto del tango. El artista combinaba su faceta de bandoneonista con las de director de orquesta, compositor y maestro.  

Entre las numerosas agrupaciones que dirigió se cuenta la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce, en la que tuvo entre sus músicos a un bogotano: Giovanni Parra, que había viajado a Buenos Aires para estudiar bandoneón.  

“Cuando llegué Leopoldo Federico era el ídolo de todos, era el músico vivo más importante que quedaba, tenía 85 años y todos lo amaban. Cuando lo conocí me puse a llorar de la emoción y logré tocar con él”, recordaba Parra en una entrevista con el diario El Tiempo el año pasado. 

Tras esa experiencia, y cuando se radicó en Colombia, Parra formó un quinteto de tango y decidió nombrarlo en homenaje a ese gran músico argentino. Así nació el Quinteto Leopoldo Federico, que además de su interpretación del tango también se ha especializado en géneros colombianos.  

El grupo dirigido por Parra protagoniza la transmisión de esta semana de Teatro Digital, plataforma de Bancolombia y del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, un escenario de la Alcaldía de Bogotá a través del Instituto Distrital de las Artes.  

Hasta el 27 de agosto, se podrá ver el concierto que el Quinteto grabó recientemente en el Teatro Mayor y en el que hace un recorrido por clásicos del apasionante género argentino.  

Entre los temas no podía faltar una composición de Leopoldo Federico, Cabulero, que será la que abrirá la presentación. Es una canción en la que, no podría ser de otra manera, brilla el bandoneón, ese instrumento que Cortazar celebraba con su pluma.