Cupo limitado: Para esta función hay 160 sillas disponibles. Se permitirá el ingreso de público hasta completar el aforo.
El Cuarteto compuesto y estrenado en 1941 durante el cautiverio del compositor en un campo de prisioneros (Stalag VII) en Görlitz, Silesia, es una obra sobrecogedora por su intensidad y profundidad y, sin duda, una de las cimas de la música del Siglo XX. Los intérpretes (clarinetista, violinista y violonchelista) tocaron la obra con Messiaen al piano en instrumentos semidestruidos.
El gran compositor francés Olivier Messiaen estrenó el 15 de enero de 1941 su obra más conocida y una de las más dolorosas y complejas de la música del siglo XX: Quatuor pour la fin du Temps (El cuarteto para el fin del tiempo). La obra, creada en el campo de concentración Stalag VIII en Görlitz (Silesia), en el que Messiaen fue prisionero durante la Segunda Guerra Mundial, se estrenó delante de 10.000 de sus compañeros de cautiverio. El cuarteto para el fin del cuerpo tiene como como punto de partida el Apocalipsis de San Juan y es una reflexión sobre la Segunda Guerra Mundial.
La pieza coreográfica de Restrepo para 16 bailarines creada en el año 2005, evoca sin ilustrar estas trágicas circunstancias y establece un diálogo misterioso entre los cuerpos, la música y la extraña simbología del mundo profundamente religioso de Messiaen: Liturgia de cristal, El abismo de los pájaros, Caos de Arco iris y Danza del Furor para el Ángel que Anuncia el Fin del Tiempo son algunos de los títulos de los ocho movimientos que componen esta enigmática obra. Después de su estreno, esta obra se ha presentado en varios festivales internacionales en distintos países como Alemania, Francia, Japón, Corea, Estados Unidos, México, Colombia, Inglaterra entre otros, teniendo gran aceptación e importantes críticas.
“La complejidad de la música, su esencia desgarradora y apocalíptica nos sirvieron como inspiración para una serie de reflexiones sobre temas difíciles y sórdidos que aquejan la contemporaneidad con preocupante intensidad. Como punto de partida y guía dramatúrgica decidí seguir la estructura planteada por el propio Messiaen. Las motivaciones poéticas de los títulos de los movimientos, así como la atmósfera sonora también nos dieron las pautas para la coreografía y la estructura dramática”, Álvaro Restrepo.
