Edad sugerida: 15 años
Gulaza continúa la evolución natural de los cantos tradicionales de las mujeres de Yemen. Los textos místicos que se han transmitido durante siglos de madre a hija adquieren un significado moderno y contemporáneo en una composición instrumental especial.
La combinación de percusiones y cuerdas tradicionales, violonchelo y guitarras acústicas, y el hecho de que estas canciones sean cantadas por primera vez por un hombre (Igal Gulaza), crean una banda sonora única que transporta al oyente a un mundo de oración, pasión, baile, amor y anhelo de libertad.
En julio del 2013, Nada Al-Ahdal, de 11 años, de Yemen, reveló la historia de las mujeres yemenitas y la compartió con el mundo a través de todas las redes sociales, y con gran coraje evitó casarse por la fuerza con un hombre saudí adinerado. Las letras y las canciones de las mujeres (en árabe) son consideradas música popular que han pasado de madre a hija durante siglos, lo que les permite escapar de la vida cotidiana y crear un mundo espiritual interior de libertad y expresión.
