Mozart y sus inicios en la música

Uno de los grandes retos de hablar sobre Mozart es desmitificar todo lo que hicieron las biografías en el siglo XIX, respecto de convertirlo casi en un dios, al cual le venían ideas de manera espontánea y que producía música de manera irracional, es decir, que se le asimila a un personaje casi sobrehumano.

Mozart era un hombre tan común como cualquier otro, enclavado en su época, beneficiario de toda la tradición que traía, y quizás, lo más importante que lo distingue de todos los hombres y músicos de su época, es la presencia y la absoluta claridad de su padre, respecto de quién quería Leopoldo que fuera Mozart. 

Leopoldo quería que Mozart fuera mucho más que un músico, Leopoldo quería que Mozart fuera verdaderamente una máquina de producir música. Probablemente hoy en día no se vería con buenos ojos que un padre obligase a su hijo a dar presentaciones a los 5, 6 y 7 años, y de ahí para adelante, en una educación que hoy en día a no dudarlo, sería calificada como una educación mucho más que rígida. 

¿Cuál es la época de Mozart?, ¿qué es lo que Mozart recibe cuando está niño? Él nace en una Europa que está sufriendo varios cambios profundos. Es la Europa de la ilustración, que tiene un significado muy particular en el mundo de la música. Existe una denominada escuela, en una ciudad que se llama Manheim, al suroccidente de Alemania, que en ese entonces era un palatinado libre, un estado libre, donde su benefactor, el llamado Karl Theodor, príncipe, señor de Manheim, permitió que hicieran muchas investigaciones y que se rompieran muchos modelos respecto de cómo se hacía música en el barroco.

El movimiento de Manheim, apoyado por este señor, y del cual fueron parte músicos como Carl Stamitz, como varios de los hijos de Bach, como otros músicos de esta escuela, Holzbauer; otra serie de personajes que empezaron a hacer una racionalización de qué era lo que había pasado en el barroco, de hecho la denominación barroca es una denominación posterior al barroco, y es una denominación donde estos músicos, agotados de una polifonía, de una gran cantidad de notas, empiezan a hacer una investigación para reducir la polifonía y ampliar los motivos musicales.

No querían tener más espectáculos polifónicos, porque de eso Hendel, Bach, Telemann, Vivaldi, y sobretodo Bach, ya hicieron una exposición lo suficientemente erudita. Sino, sin desechar todo lo que esa tradición recogió, iban hacer una música que sea un poco más expresiva, reduciendo la polifonía, no eliminándola, porque eso también es un mito, que el clasicismo eliminó la polifonía. Pero haciendo una música menos edificable, menos comprendida dentro de un misterio de producción y hacer una música más de la calle, una música más de la gente, inclusive identificada con las tonadas que la gente cantaba en la calle.

La historia de Mozart en eso es muy especial porque es un viajero incansable de toda Europa. Mozart nace en Salzburgo, en Austria. Comienza a viajar casi que dejados los pañales, su papá lo pone a viajar por toda Europa, no con fines necesariamente académicos, sino con un fin múltiple, que era aprender, tener contacto con otros músicos, pero sobretodo dar conciertos y recoger dinero. Leopoldo hacía toda serie de espectáculos donde iba cuadrando conciertos en cada una de las partes donde iba pasando.

Entonces, la producción de la música de Mozart y el descubrimiento del clasicismo lo hace cuando tiene 7 años de edad. Confronta la educación que ya había recibido para esa edad con la que recibe por su paso personal, en carne y hueso, por la ciudad de Manheim donde conoce a los compositores, y donde tiene un contacto directo con ellos. Los Mozart venían de Austria, y habían pasado por Munich, por Manheim, iban para Francia, y su destino final era Londres.

Mozart conoce el estilo de Manheim, los sinfonistas de Manheim, se da cuenta que con una bella melodía se pueden hacer muchas cosas, y sobretodo aprende un método.  A la escuela de Manheim le encantan los contrastes fuertes, lo cual no es propio del barroco. Contrastes fuertes es forte, súbito piano, y crescendos hasta lograr verdaderos climax. Esa es una introducción importante en la forma de hacer música en la escuela de Manheim. Fortepiano y todas las formas contrastantes que ustedes quieran pensar.

 

(Audio: Orquesta Filarmónica de Viena, 1era sinfonía de Mozart explicada)

 

El niño Wolfgang Amadeus Mozart, con 8 años de edad, con una educación previa, muy rica sobre cómo escribir música, ya perfectamente dotado en una gran cantidad de materias, absorbe la escuela de Manehim. Entonces, en ese viaje, ellos luego pasan por Francia; y el viaje es muy famoso porque de ahí viene la anécdota de que Wolfgang conoce a María Antonieta, conoce a una de estas princesas y le dice “es que yo me quiero casar contigo cuando sea grande”, pues es que es un niño de 8 años que tiene un mundo infantil y que es vestido, todos los días, para presentarse en un palacio, y su padre está gestionando dónde se va a presentar, cuánto va a poder recaudar; con la gran ilusión de que al otro lado del Canal de la Mancha, en Inglaterra, la rentabilidad del trabajo va a ser mucho más importante.

Efectivamente, llegan hasta Inglaterra, y ahí es donde Mozart compone su primera sinfonía. La circunstancia histórica es que su padre cae muy enfermo, con una laringitis, y uno de estos nobles, en una ciudad que se llama Chelsea, los acoge en su palacio, y mientras que su padre está convaleciente, Wolfgang compone su primera sinfonía porque de alguna manera es un receso en el viaje.

Las primeras sinfonías, tanto de Haydn, que se le considera el padre de la sinfonía, como de Mozart, solamente tienen tres movimientos, la introducción del cuarto movimiento en la sinfonía que es como se va a hacer durante todo el siglo XIX es algo que data de 1765, mientras que ya en 1780 - 82 es cuando se le introduce un cuarto movimiento a la sinfonía que es como nosotros hoy la conocemos. Eso no va a ser estable porque la historia no es estable, porque los cambios son permanentes, y solamente a manera de glosa, los cuatro movimientos sinfónicos son una constante en Beethoven, en Schumann, en Schubert, en Mendelssohn; ellos se mueven sobre la base de los 4 movimientos, Beethoven cambia el menueto de las sinfonías clásicas por el schertzo, Brahms compone sinfonías de 4 movimientos, pero el que va a romper ese formato es Gustav Mahler cuando compone sinfonías de cinco movimientos o de dos movimientos. 

Entre 1763 y 1788, se compusieron 41 sinfonías, y la mayoría de estas obras se expusieron por encargo para servir de excusa de reunión y convergencia de príncipes y hombres ricos que encontraron en la música un lenguaje para entretenerse y reflexionar. A medida que fue avanzando la época esta música se fue popularizando hasta convertirse en patrimonio de la humanidad. Esta música no fue pensada para ser popular, Leopoldo lo sabía, él trabajaba para una corte, componía para una corte. Y fueron los aristócratas y los hombres ricos de Europa los que hicieron posible que esta música se diera y superviviera, y para fortuna nuestra, se dieron a financiar la producción de esta música haciendo encargos.

Mozart vivió toda su vida empleado, de una u otra manera, casi hasta los 22, 23 años; del príncipe de Salzburgo, del famoso arzobispo Colloredo, y posteriormente fue a buscar suerte a Viena, donde también fue empleado de la corte, en un rol que se suele decir y debe repetirse; los músicos no tenían la categoría social que ganaron en el siglo XIX de ser considerados héroes, o dioses, o personajes extraordinarios, sino simplemente estaban llamados a hacer una música para acompañar eventos sociales de gente rica y de gente poderosa, y posteriormente al final de la ilustración y al comienzo del romanticismo, estos hombres, estos nobles también quisieron ser músicos, como le tocó a Beethoven, que hizo una cruzada personal por dejar de ser el empleado y por ser un par entre los hombres que originalmente habían sido sus empleadores. 

 

Tomado del seminario "Música sinfónica y música para piano" por Jorge Sanmartín

 

ALIADOS TRANSVERSALES

ALIADOS MEDIÁTICOS