Nunca es tarde para bailar, así fue la experiencia del director de Toronto Dance Theatre

Para la escritora austriaca Vicki Baum, bailar es una manera de encontrar la vocación, esa que se lleva en las venas, que no se restringe por el número de canas, ni la edad.

Después de haber estudiado Ciencias Políticas y Filosofía, Christopher House, director de Toronto Dance Theatre, sintió que había una verdadera vocación, el baile, los escenarios, públicos nacionales e internacionales.

 En entrevista exclusiva para el Teatro Julio Mario Santo Domingo, House, señalo que comenzó a bailar cuando ya era adulto “me sentí atraído por la danza debido a mi propia inquietud física, era una forma de experimentar el mundo a través de los sentidos y de la mente”.

Pasión e instinto, fueron los sentimientos que encaminaron al director de Toronto Dance Theatre para no dejarse vencer por la inexperiencia. La creación de coreografías demostró el talento innato de Chistopher, que se plasmaba en escenarios de la compañía “Creé un solo para la principal bailarina del teatro y también un quinteto. Ambas obras se realizaron en el repertorio de la compañía y me invitaron a seguir trabajando como coreógrafo residente”, relató House.

Cada paso que da sobre los escenarios los define como un acto político, ya que tanto el poder del cuerpo como el de la danza se unen para generar una alternativa para descargar las emociones. Además, explicó que la pasión genera un instinto para hacer preguntas y aprender “pude asumir la responsabilidad total de mi educación como artista para aprender nuevas habilidades, explorar enfoques y desarrollar un diálogo con el público”.

Desde 1994 el director de El Toronto Dance Theatre ha sido testigo del reconocimiento internacional de la compañía, ya que sus han reconocidas por el movimiento, la musicalidad y sus profundos contenidos.

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