El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo lamenta el fallecimiento de Izhak Salazar

El bailarín bogotano, que murió a sus 21 años, fue becario del programa Alma en Movimiento.

A sus 21 años falleció este lunes el bailarín bogotano Izhak Salazar Eschenbach, que a su corta edad había desarrollado una prometedora carrera en la danza. En el 2016, a sus 16 años, Salazar hizo parte del primer grupo de becarios del programa social Alma en Movimiento del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.  

Antes de su paso por Alma en Movimiento, hizo parte del club de sevillanas en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, estudió técnica flamenca en la Escuela Griset Damas, fue aprendiz en la escuela Dance Royal Ballet, se presentó en la Royal Academy of Dance en nivel Primary y también estuvo en la Escuela Compañía Colombiana de Danza. 

Salazar también tuvo experiencias teatrales como parte del grupo Rapsoda Teatro, en el que actuó en obras como Manuela libertadora y Borges, el otro y el mismo.   

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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María Paula Gómez, una de sus compañeras en Alma en Movimiento, destacó que cuando Salazar ingresó al programa era uno de los bailarines más jóvenes y pese a su juventud era de los más maduros.  

“Él le metía el cien por ciento a la danza, era su motivo de ser en la vida, su gran amor. Trabajar con él era muy motivador porque, a pesar de ser el más joven de nosotros, era una persona completamente entregada”, cuenta Gómez.  

Sobre su experiencia en Alma en Movimiento, Salazar aseguró en su momento que el programa le dio bases fundamentales durante el año en que estuvo y lo llevó al siguiente paso para seguir mejorando su técnica.  

“Resalto el empeño de los maestros por querer vernos mejorar y dar todo de sí para lograrlo. La danza es la vía para liberar el alma, y la oportunidad de conocerme física y mentalmente, llevando ambas al límite, probándome quién soy y qué es lo que amo hacer”, escribió en la página del programa social del Teatro Mayor.  

Gómez además resalta que, como persona, Salazar era completamente generoso, agradable y tenía un gran sentido del humor. “Él no tuvo una vida fácil y a pesar de eso era totalmente amable con los demás, se abrió a los otros y nos mostró su corazón y todo lo que era como ser humano”, añade.  

Durante su experiencia en Alma Movimiento, Salazar consiguió una beca para estudiar en el Cary Ballet Conservatory, en Carolina del Norte (Estados Unidos). Antes de la pandemia del coronavirus, el artista bogotano había logrado ingresar a Acosta Danza, la compañía de danza del bailarín Carlos Acosta en La Habana, Cuba. Acosta es una de las grandes leyendas de la danza cubana y de hecho recibió la medalla de Comendador de la Orden del Imperio británico. 

“Tenía una súper carrera por delante… Era uno de los grandes talentos que ha sacado el programa”, agrega Gómez sobre Salazar. 

El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo celebra la vida y la trayectoria artística de Izhak Salazar. 

 

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