‘La miel es más dulce que la sangre’, coproducción entre L’Explose y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, candidata a tres premios Max en España

Entre los 159 espectáculos seleccionados está la pieza de danza contemporánea La miel es más dulce que la sangre, coproducción entre el grupo L’Explose y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

La puesta en escena, que se estrenó en el Teatro Mayor en el 2018 y se presentó en varios escenarios de la España el año pasado, está opcionada en las categorías de Mejor coreografía, para el recientemente fallecido Tino Fernández, fundador de L’Explose; Mejor intérprete de danza femenina (Luisa Fernanda Hoyos) y Mejor intérprete masculino de danza (Diego Fetecua). En esta última categoría, L’Explose también fue elegido por el trabajo el bailarín Ángel Ávila, protagonista del solo Diario de una crucifixión.

Después de esta fase de selección, un tribunal formado por los tres presidentes de los jurados territoriales, cuatro personalidades de las Artes Escénicas y un miembro del Comité Organizador, decidirá los finalistas de las 19 categorías de los premios, que se entregarán el 29 de junio en el Teatro Cervantes de Málaga.

La miel es más dulce que la sangre, dirigida por Fernández y con coreografía de Reyes, toma como nombre el cuadro homónimo de Salvador Dalí para plantear un viaje a la obra del pintor español y explorar su relación con otro ícono del arte ibérico, el poeta andaluz Federico García Lorca.

“La obra habla sobre todo del autor (Lorca), de todos esos conflictos con la muerte, con el deseo y con la homosexualidad, que están muy latentes. Eso ha sido realmente lo que me ha interesado, más que incursionar en su obra como tal”, le dijo Fernández al diario El Tiempo cuando se estrenó la obra.

Fernández, que se convirtió en uno de los principales referentes de la danza contemporánea colombiana, falleció en enero pasado. L’Explose y el Teatro Mayor estrenarán el 9 de abril la obra Estela, en homenaje a la vida y obra de Tino Fernández.

La idea de esta creación surgió en el 2019, cuando Fernández viajó a España a despedir a su padre. Ver el deterioro del cuerpo y la enfermedad motivaron en él la necesidad de hablar del tránsito de la vida y la muerte. Juliana Reyes, quien fue su compañera creativa por más de 22 años, decidió realizar esta creación en solitario, como un homenaje a él y a su vida creativa en común.