Martin Haselböck, el prodigioso organista que trae Black Cat al Teatro Mayor

El artista austriaco dirige actualmente Orquesta Barroca Música Angélica de Los Ángeles, California, y es el director musical y fundador de la Wiener Akademy de Austria. En esta entrevista revela detalles de su juventud, sus inicios como músico y lo que lo inspiró a crear Black Cat, la propuesta multidisciplinar de suspenso basada en la obra de Edgar Allan Poe que se presentará en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo el 25 y 26 de enero de 2019.

¿Quién es Martin Haselböck?

Es una persona curiosa, muy activo explorando nuevas ideas y nuevas posibilidades, y es alguien que vive su vida articulando tiempos de tranquilidad y quietud con su familia, con momentos muy activos haciendo música. Es alguien que busca encontrar un buen balance entre su vida como artista y como hombre de familia. Creo que siempre vuelvo a esta idea de explorar nuevas formas del arte que hacemos desde hace muchos años ya, desde hace más de cuarenta años.

¿Cómo y cuándo empezó su formación musical?          

Me inicié muy joven, como una especie de niño prodigio en el órgano. Empecé con el piano desde que tenía cinco años, luego pasé al órgano y más adelante aprendí dirección de orquesta. Desde que era niño, la música ha sido el centro de mi vida. Mi familia es una dinastía de músicos, mi padre ha sido profesor de música y un reconocido organista, y su hermano fue músico también. Uno de mis hermanos es compositor y profesor de composición, así que la música también está en el centro de nuestra familia.

¿Podría contarnos un poco sobre los inicios de su carrera como organista, y sobre la importancia de haberse formado en Viena, uno de los epicentros musicales del mundo?

Cuando uno toca el órgano está conectado con un gran número de iglesias e instrumentos de gran valor histórico, y, para mí, la música barroca fue uno de los pilares en mi formación musical. En Viena, si se está interesado por la historia, uno siempre está rodeado por espacios cruciales para la música. Allí se encuentran todo tipo de lugares, las casas donde Beethoven y Schubert trabajaron y compusieron sus piezas, hasta los restaurantes donde comía Johannes Brahms, y muchos sitios más llenos de historia que siguen siendo los mismos. Así que para mí desde el puro comienzo ha habido un gran interés por estos lugares, por el arte, por la música, que va más allá del sonido, y que es algo más como una memoria histórica. Al vivir en los tiempos modernos, podemos visitar los estos lugares por donde transitaron generaciones y generaciones, con todas sus pasiones, viviendo sus vidas.

En mi trabajo como músico intérprete, y en la obra Black Cat que presentaremos en Bogotá, es muy importante la idea de combinar la tradición con la vida moderna. Para mí, descubrir los órganos que tocaba Johann Sebastian Bach fue una experiencia fascinante. Y otra cosa que hacemos con las orquestas que dirijo es aproximarnos a Beethoven y a sus sinfonías con los instrumentos de época, como lo hicimos en Bogotá, e inclusive tocamos en los lugares originales donde se estrenaron sus piezas. Así que esta conexión entre la historia y la vida moderna siempre ha sido un hilo conductor en mi trabajo y como músico.

Usted empezó como un organista tradicional, y luego desarrolló proyectos como The Giacomo Variations  y Just Call Me God,  ambas con John Malkovich, así como incursiones en el cine y otras formas artísticas ¿Podría contarnos un poco sobre esta experiencia?

Desde los inicios de mi carrera musical he estado muy interesado por la posibilidad de combinar la música con otros medios artísticos, como la literatura y el cine, porque quedarse sólo en la música clásica y barroca puede volverse repetitivo como experiencia. La música es ante todo comunicación, y para comunicar debes buscar conexiones profundas con otras formas artísticas. Así que desde el comienzo pensaba mis composiciones de una manera más amplia, y empecé a conectarme con otros artistas y actores para poder crear juntos grandes producciones más integrales. Así que esta visión siempre ha marcado mi vida musical.

¿Qué tipo de música escucha y en qué contexto?

Escucho música principalmente porque es la música que voy a tocar, y para explorar y entender otros matices de estas piezas, pero también me encanta el jazz y lo escucho mucho, y me intereso por sus desarrollos contemporáneos. En el caso de Black Cat, hubo una gran inspiración proveniente de este tipo de música. Hay cosas muy interesantes en algunos de los compositores contemporáneas, así que trato de explorar y de sacar lo mejor de piezas que me resultan interesantes para mis composiciones. En el cotidiano, cuando estás tan metido en la música, no escuchas mucha música distinta a la que haces para no desviarte. Pero cuando puedo, escucho mucho jazz y música clásica distinta a la que hago.

¿Cuál es el enfoque de su trabajo hoy en día?

Mi enfoque hoy en día es trabajar con mis dos orquestas –la Wiener Akademie de Austria y la Orquesta Barroca Música Angélica de Los Ángeles–, y me encanta trabajar con ellas. Tenemos un estilo propio, y valoro mucho el trabajo que hacemos juntos. Producimos la música que quiero producir. Y por otro lado está el deseo de hacer nuevas cosas, tengo dos nuevos proyectos, uno de ellos con John Malkovich. Y, como Black Cat, es algo en lo que llevamos trabajando en los últimos seis, siete años, obras vibrantes que nos permiten explorar la música en un punto más profundo, y nos confrontan con situaciones nuevas e inexploradas cada vez que las presentamos. Estamos trabajando mucho en Beethoven en este momento, en sus conciertos, sinfonías y piezas operáticas, y sacamos a relucir aspectos hasta ahora inexplorados de este compositor.

Entrevista y traducción: Roberto Hinestrosa

Más información: https://www.teatromayor.org/noticias/el-teatro-mayor-abre-sus-puertas-en-2019-con-black-cat-una-obra-multidisciplinar-de-suspenso-3006

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