Murió el maestro Santiago García, fundador del Teatro La Candelaria y uno de los padres del teatro moderno colombiano

El director, dramaturgo y actor falleció a sus 91 años en la mañana de este lunes.

Foto: Tomada de El Espectador

Santiago García, quien en 1966 lideró la creación de La Casa de la Cultura (que luego tomaría el nombre de Teatro La Candelaria) y que junto a Enrique Buenaventura fue uno de los padres del teatro moderno colombiano, falleció este lunes en Bogotá a sus 91 años.

García, que nació en Puente Nacional (Santander), se formó como arquitecto, luego tomó clases de actuación con el japonés Seki Sano y así comenzó su andar en el mundo del arte. Junto a Fausto Cabrera, dirigió el Búho, el primer teatro independiente con que tuvo una sala propia y que luego se convertiría en el Teatro Estudio de la Universidad Nacional.

El maestro continuó su formación teatral en Checoslovaquia y a su regreso a Bogotá continuó trabajando en el Teatro Estudio, donde montó recordadas piezas como una versión de El jardín de los cerezos de Chéjov. En ese mismo grupo, dirigió a mediados de la década de 1960 una obra recordada tanto por su calidad artística como por la polémica que generó: Galileo, de Bertolt Brecht.

En el programa de mano, García incluyó una nota crítica sobre la bomba atómica, por lo que el programa fue censurado, aunque aun así varios estudiantes lo alcanzaron a ver y empezaron a protestar por la situación. Luego del estreno, García renunció a la Universidad Nacional e instó a sus compañeros a que lo acompañaran en la creación de un grupo de teatro independiente.

Así nació 6 de junio de 1966 La Casa de La Cultura, un centro para la creación de todas las artes, especialmente el teatro. En sus comienzos, el grupo tuvo integrantes como Vicky Hernández, Consuelo Luzardo, María Arango, Carlos Parada, Eddy Armando, Enrique Grau, Alejandro Obregón, Carlos José Reyes, Miguel Torres, Patricia Ariza y Gustavo Angarita.

La agrupación, que tenía como sede una casa en la carrera 13 con calle 20, empezó a conformar rápidamente un abultado repertorio con obras como Soldados, de Carlos José Reyes, inspirada en la novela La casa grande de Álvaro Cepeda Samudio, y Persecución y asesinato de Jean Paul Marat, de Peter Weiss.

Luego de recibir un apoyo de la alcaldía, el grupo compró una casa colonial en La Candelaria, adoptó el nombre de su nuevo barrio como el suyo y además empezó un proceso de repertorio propio con el método de la creación colectiva, que se convirtió en uno de los más grandes aportes del maestro García a la escena latinoamericana.

Con la creación colectiva, García lideró el montaje de obras que hoy son clásicos indiscutibles del teatro colombiano, como La ciudad dorada, Los diez días que estremecieron al mundo, Vida y muerte de Severina, Golpe de suerte y Guadalupe años sin cuenta. Esta última, que se convirtió en un hito del arte colombiano, hablaba sobre las guerrillas liberales de los Llanos Orientales, tomando como punto de partida la muerte de Guadalupe Salcedo Unda.

García no solo fue el director de la mayoría de las obras de La Candelaria, sino que actuaba en ellas, con un dominio de la escena y un desparpajo que convertían un deleite verlo en escena. El maestro también fue pintor y un teórico cuyos trabajos han influenciado los estudios sobre teatro en toda Latinoamérica.

Su filosofía fundamental era que en el arte no se repite, por eso en cada obra buscaba replantearse todos los procesos que resultaron exitosos y crear nuevos modelos. En El paso, por ejemplo, decidió plantear un estilo en el que lo principal fueran los gestos no verbales. La pieza, que hablaba sobre la vida de un pequeño paradero de carretera, se terminó convirtiendo en un presagio de los daños que causaría el narcotráfico en la vida cotidiana de Colombia.

Años más tarde, García, un intelectual y estudioso no solo del teatro sino de la literatura, el cine y las artes plásticas, persiguió la idea de crear una versión propia de El Quijote de Miguel de Cervantes. El resultado fue una pieza que guardaba el espíritu de la novela, pero utilizaba la forma de hablar típica de poblaciones del departamento de Boyacá. Protagonizada por César Badillo, la obra se convirtió en otro clásico del teatro y recibió elogios hasta del propio nobel peruano Mario Vargas Llosa.

En su última etapa como director, García desarrolló el llamado teatro fractal, que toma un tema central y desarrolla una serie de escenas a su alrededor. De esta manera nacieron piezas como De caos & Deca Caos.

EN el 2013, y debido a los problemas de salud derivados de su avanzada edad, el maestro Santiago García dejó de trabajar en La Candelaria y a comenzar a disfrutar de su retiro. Aunque ya no dirigiera y no actuará, el maestro solía visitar aquella casa colonial y regalarle alguna broma a sus visitantes.

Entre los reconocimientos que recibio, sobresale el de Embajador Mundial de Teatro, un título, que le otorgó en el 2012 el Instituto Internacional de Teatro de la Unesco; la medalla al mérito artístico de Colcultura, los doctorados honoris causa de la Universidad Nacional de Colombia y del Instituto Superior de Arte, de Cuba, y la Orden de Caballero, que le otorgó el Senado de la República.

ALIADOS TRANSVERSALES

ALIADOS MEDIÁTICOS