Sofía Salazar debutó en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo en plena pandemia

Mucho antes de que comenzarán a desarrollarse los efectos de la pandemia del coronavirus (Covid-19), la experimentada mezzosoprano paisa Sofía Salazar ya había decidido despedirse de los escenarios. La artista había cerrado con broche de oro una carrera que la convirtió en una de las cantantes con mayor reconocimiento internacional en España, desde donde proyectó su talento vocal hacia otros escenarios de Europa y América Latina. 

Sin embargo, ese retiro se aplazó en plena pandemia con su participación en la ópera Gianni Schicchi, coproducción entre la Ópera de Colombia y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, que se grabó el pasado 3 de octubre.  

El montaje, que además significó el debut de Salazar en este escenario, se podrá ver hasta el 12 de noviembre en la plataforma Teatro Digital, de Bancolombia y del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, un escenario de la Alcaldía Mayor de Bogotá a través del Instituto Distrital de las Artes.        

“Yo en mi casa jamás lo pensé, pensaba en muchas cosas, en que la pandemia pasara, que todo volviera a la normalidad, pero jamás que volviera a cantar. Y en la pandemia todavía me pregunto qué estoy haciendo yo aquí, porque es un sueño maravilloso”, dijo Salazar en una entrevista con el Teatro Mayor luego de la grabación de la pieza.  

Para esta producción, se siguieron las medidas del protocolo de bioseguridad del escenario, aprobado por las autoridades locales y nacionales. Fue así como los solistas y los músicos de la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá estaban distribuidos de tal manera que se garantizó una distancia social mínima. 

En la pieza, con música de Giacomo Puccini y libreto de Giovacchino Forzano, Salazar encarna el papel de Zita, prima de Buoso Donati, un adinerado florentino que falleció y cuyo testamento es el motor de toda la historia.  

Este papel se une entonces a una trayectoria que comenzó a forjarse con sus estudios en el Instituto de Bellas Artes de Medellín y luego en Milán, con la maestra Sara Sforni Corti. Salazar debutaría con la Ópera de Colombia en el montaje de Baile de Máscaras, de Verdi, y luego se consagraría con papeles como Azucena, en El trovador, también de Verdi, y como protagonista de Carmen, de Bizet.   

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