Una mirada al legendario teatro japonés de marionetas

El Teatro Nacional Bunraku de Japón está retransmitiendo uno de sus espectáculos en su canal de YouTube.

En el siglo XVII, en Japón se mezclaron dos tradicionales técnicas escénicas: el joruri, en el que una persona narra una historia acompañada de la música del instrumento del shamisen, y la manipulación de marionetas de gran tamaño. Así nació el bunraku, el teatro marionetas japonés, que en el 2005 fue incluido por la Unesco en el listado del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Esta es una de las centenarias técnicas escénicas resguardadas por el Teatro Nacional de Japón, que tiene escenarios dedicados al bunraku, al kabuki, reconocido por su pronunciado estilo estético y de actuación;  y al nohgaku, que combina el drama musical y la técnica cómica. El primero está ubicado en Osaka, mientras que los otros dos tienen sus salas en Tokio.

Como la mayoría de grandes escenarios escénicos del mundo, el Teatro Nacional de Japón ha tenido que pausar su programación debido a las restricciones impuestas por el gobierno de su país para frenar el avance del coronavirus (Covid-19).

Al igual que sus pares en otros países, el escenario ha encontrado en internet un camino para seguir llevando sus producciones al público. Es por eso que, hasta el primero de junio, el Teatro Nacional de Japón retransmitirá en su canal de YouTube el espectáculo Kanadehon Chūshingura.

Kanadehon Chūshingura es un clásico de la dramaturgia japonesa, que se estrenó en 1748 y está compuesto por once cuadros. La historia se centra en una de las leyendas más importantes de la historia japonesa: la misión de los 47 rōnin, un grupo de samuráis, de vengar la muerte de su maestro Asano Naganori.

Originalmente, la pieza teatral estaba enmarcada en la técnica del bunraku, pero con el paso de tiempo también se fue mezclando con el arte del kabuki.

Para esta versión, que el National Bunraku Theatre estrenó el año pasado para conmemorar los 35 años de su fundación, los decorados se construyeron siguiendo las estéticas de las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno), que son el escenario para esta historia de venganza.

La puesta en escena está dividida en tres videos. El primero recorre desde el primer hasta el cuarto acto (ver aquí); el segundo va del quinto al séptimo acto (ver aquí) y el tercero, del octavo al onceavo (ver aquí).

 

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