Ángela Contreras, la colombiana que brilla en la Mariinsky Orchestra #PoderFemeninoEnElTeatroMayor

En el 2015, la contrabajista colombiana se convirtió en la primera latinoamericana en integrar la célebre orquesta, que se presentará este 9 de marzo en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

La Mariinsky Orchestra estaba en el foso de un teatro en Japón cuando su reconocido director, Valery Gergiev, seleccionó por sorpresa a uno de sus músicos para que tocara un concierto. La imprevista instrucción cogió tan desprevenida a la contrabajista elegida que ni siquiera se alcanzó a sentar, aunque finalmente decidió interpretar el solo El elefante de El carnaval de los animales del compositor francés Camille Saint-Saëns.

“Nuestro elefantico colombiano”, fue la respuesta de Gergiev, una de las batutas más respetadas del panorama de la música clásica colombiana, que desde 1998 es el director general y artístico del Teatro Mariinsky. Y aquella música que no se alcanzó a sentar antes de tocar su contrabajo, era la bogotana Ángela Contreras Reyes, que en el 2015 se convirtió en la primera latinoamericana y en la primera música extranjera en ingresar a esta legendaria orquesta (además de algunos músicos que nacieron en países que pertenecieron a la antigua Unión Soviética). 

“A veces el maestro dice una que otra cosa tierna”, recuerda Contreras sobre aquella situación, que según ella se repite a menudo, porque es la manera en que Gergiev se asegura de que cierto músico de su orquesta esté en forma.

Este lunes 9 de marzo, Contreras será una de las 39 integrantes de la Mariinsky Orchesta que se presentarán en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo bajo la dirección de Gergiev, en el que será el primer concierto de la agrupación en sus 237 años de historia.

Contreras, que actualmente es subdirectora del grupo de contrabajos de la Mariinsky, recuerda que se presentó por primera vez bajo las órdenes de Gergiev cuando hizo parte de la Orquesta de las Américas. Además de participar en esa agrupación, que reúne a las promesas musicales del continente, estuvo ingresó a sus diez años a la Fundación Nacional Batuta, estudió en el conservatorio de la Universidad Nacional, fue supernumeraria en la Orquesta Filarmónica de Bogotá, ganó el Concurso de Jóvenes Intérpretes de la Biblioteca Luis Ángel Arango y trabajó con Misi y con la Ópera de Colombia.

“Yo hice todo lo que se puede hacer en Colombia”, recuerda Contreras, que luego viajó a Nueva York para hacer su maestría en la Escuela Juilliard de Nueva York, uno de los lugares de formación artística más prestigiosos del mundo.

La contrabajista, que en Estados Unidos también estudió con Harold Robinson, líder del grupo de contrabajistas de la Philadelphia Orchestra, recuerda que logró llegar a la Mariinsky en una situación inusual. Cuando llegó a su casa en Bogotá, luego de presentarse en el Pacific Music Festival de Sapporo (Japón) con la Orquesta Juvenil de las Américas, recibió un correo electrónico que cambiaría su destino.

“Ponte a estudiar, porque en dos semanas Gergiev te va a escuchar”, decía el mensaje, que le envió su espónsor alemán en Nueva York. Su sponsor, que la apoyaba con sus gastos de manutención, tenía la meta de que Contreras realizará una audición para algún reconocido director y, tras hablarlo con Juilliard, encontraron la manera de concretar una cita con el ruso.

Lo increíble de la situación, apunta Contreras, era que ella no sabía que la audición era para ingresar a la Mariinsky Orchestra; ella simplemente creía que Gergiev la escucharía y le daría sus impresiones.

“Gergiev no es de los que diga mucho al comienzo. Musicalmente no habló conmigo; un poco de tiempo después, cuando mi ruso me dio lo suficiente para hablar con los músicos que me escucharon esa vez, supe que les gustó el sonido, que al maestro le había gustado que tenía un tono bonito en el contrabajo. Pero digamos que Gergiev escucha y se toma un tiempo en entender qué músico eres, él no va a aplaudir a nadie porque una sola vez no es suficiente para entender”, rememora la música bogotana.

Y así fue, en una sesión en la que Contreras solo pretendía escuchar las opiniones de Gergiev, como una colombiana se ganó su silla en la formación de una de las instituciones culturales más importantes de Rusia –la orquesta fue fundada en 1783 durante el reinado de Pedro el Grande-.

“Realmente es que los colombianos nacimos para hacer historia. Esto es todo un evento, ni siquiera sé qué decir, porque como que ya me he acostumbrado a que soy la latina de la orquesta”, asegura.

Una jugada del destino también fue lo que llevó a Contreras a llegar a la música. En su familia no había músicos, pero una vecina, que tenía la intención de llevar a uno de sus hijos a Batuta en el sector de Fontibón en Bogotá, les sugirió a los padres de Contreras que ella también acudiera a aquella institución musical, aprovechando la cómoda coincidencia de que una de sus sedes quedaba cerca a sus casas. Así, empezó su camino en el mundo de la música clásica, acompañada desde siempre por ese inmenso instrumento de cuatro cuerdas del contrabajo.

“Cuando pienso en eso pienso en que mucha gente no entiende la importancia de un sitio como Batuta… En Batuta me consintieron mucho siempre, puedo decir que yo no tuve mi propio instrumento sino hasta el tercer año del conservatorio, Batuta siempre me dio un instrumento para que yo fuera a estudiar”, recuerda.

Ya después de haberse adaptado a la vida en Rusia y en San Petersburgo, y de consolidarse en la orquesta, Contreras asegura que es ahora cuando está disfrutando de detalles como presentarse en la sala principal del Mariinsky, que es el escenario de las óperas y de su legendaria compañía de ballet, pues el Teatro tiene otra sala dedicada a las presentaciones de música clásica.

“A veces cuando toco en el foso del Teatro Mariinsky y miro los techos pienso en la historia que tiene este sitio por dentro, las paredes que fueron bombardeadas en la época de la guerra… Este teatro ha sobrevivido a todo y bueno, es increíble poder trabajar en un sitio así”, reflexiona la música bogotana.

Ahora la emoción adivina en el horizonte por el hecho de presentarse en su ciudad, con su orquesta y con las personas que la adoptaron en Rusia. Contreras anticipa la emoción de su madre, de sus amigos, incluso asegura que la mitad del teatro va a estar copada por sus amigos que compraron las entradas. “Va a estar la gente que me ha ayudado, la que me prestó para poder comprar mi primer contrabajo. Realmente las reacciones de los amigos con respecto a que vamos han sido increíbles; entonces sí, yo creo que se van a brotar unas cuantas lágrimas”, finaliza.

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