El Réquiem de Mozart
Por una parte, Mozart compuso bastantes obras de tipo público que incluyen piezas de teatro en música como sus óperas, dramas musicales y singspiele. Por otra, mientras estuvo al servicio de la corte de Salzburgo, tuvo que escribir obras que se insertaron en el marco de la práctica católica austriaca.
Liberado de esa corte y ya casado con Constanze Weber, compuso entre 1782-1783 casi la totalidad de una misa inspirado más por su relación musical con la música sacra que por una necesidad litúrgica. Unos ocho años más tarde, en 1791, recibió el encargo anónimo de componer un réquiem, obra musical sobre la base de la misa de difuntos.
Luego de trabajar arduamente en su extensa ópera Così fan tutte, compuso espaciadamente obras que le demandaron notable esfuerzo. Desde fines de 1790 acometió una agotadora cantidad de creaciones. Mientras trabajaba en La flauta mágica y su concierto para clarinete, vino el encargo de La clemenza di Tito, de una pieza para sus hermanos masones y del réquiem.
Todo este trabajo, sumado a una salud débil desde la infancia, a infecciones mal tratadas a lo largo de su vida, a un clima prematuramente frío que luego cambió a húmedo y tibio y a una epidemia que rondaba Viena en el otoño de 1791, lo enfermó gravemente. La preocupación emocional debió de ser muy seria y con posibles consecuencias sobre su salud física, pues arrastraba deudas que podría cubrir con sus numerosas perspectivas de trabajo, de no estar terriblemente enfermo.
¿Y entonces qué pasaría con Constanze, con su hijo de ocho años y con su recién nacido? El réquiem por encargo se volvió entonces la consideración musical sobre su propia muerte y, aunque trabajó en la obra lo que le permitió su debilidad, murió por complicaciones renales el 5 de diciembre de 1791, poco antes de la una de la madrugada, sin terminar el réquiem y sin alcanzar a cumplir, por escasas semanas, los 36 años.
La obra es habitualmente ejecutada por fuera del marco litúrgico como pieza de música vocal cargada de contenido emocional que sugiere una reflexión sobre la muerte de su autor o sobre la muerte, más ampliamente. La pieza fue completada por varios compositores, entre los que se cuentan Freystädtler y Eybler, bastante diestros en el oficio y capaces de comprender el trabajo de Mozart, sin igualarlo.
Casi la totalidad de esa labor fue revisada y adaptada por Süssmayr, posiblemente menos dotado que ellos. Por esta razón, el réquiem de Mozart, compuesto o esbozado por él, o por otros que siguieron instrucciones verbales suyas y hasta con fragmentos enteros escritos por Süssmayr, es una obra completada por sus contemporáneos que resultó en una obra hermosa y conmovedora.
La viuda de Mozart consiguió, en poco tiempo, que el réquiem comenzara a ejecutarse como pieza de concierto, con el inevitable estremecimiento de quienes conocieron a Mozart. El componente vocal es el eje de la obra, encargado a soprano, contralto, tenor y barítono solistas, además de un coro mixto para los registros de estas mismas voces. En la parte instrumental se encuentran las cuerdas, pares de clarinetes tenores, también llamados corno di bassetto, fagotes, trompetas, tres trombones, timbales y órgano.
INTROITUS Requiem aeternam Requiem aeternam dona eis,Domine et lux perpetua luceat eis. Te decet hymnus, Deus, in Sion et tibi reddetur votum in Ierusalem. Exaudi orationem meam, ad te omnis caro veniet. Kyrie eleison Kyrie eleison. Christie eleison.
SEQUENTIA Dies irae Dies irae, dies illa solvet saeclum in favilla, teste David cum Sibylla. Quantus tremor est futurus quando iudex est venturus cuncta stricte discussurus!
Tuba mirum Tuba mirum spargens sonum per sepulcra regionum cog et omnes ante thronum. Mo rs stupebit et natura cum resurget creatura judicanti responsura. Liber scriptus proferetur in quo totum continetur unde mundus iudicetur. Iudex ergo cum sedebit quidquid latet apparebit, nil inultum remanebit. Quid sum miser tum dicturus? Quem pratonum rogaturus, cum vix iustus sit securus? Rex tremendae Rex tremendae majestatis qui salvandos salvas gratis, salva me fons pietatis! Recordare Recordare, Iesu pie quod sum causa tuae viae, ne me perdas illa die. Quarens me, sedisti lassus, redemisti crucem passus; tantus labor non sit cassus. Iuste iudex ultionis, donum fac remissionis ante diem rationis. Ingemisco, tanquam reus, culpa rubet vultus meus; supplicanti parce, Deus. Qui Mariam absolvisti et Latronem exaudisti mihi quoque spem dedisti. Preces meae non sunt dignae, sed tu bonus fac benigne ne perenni cremer igne. Inter oves locum praesta et ab haedis me secuestra statuens in parte dextra. Confutatis Confutatis maledictis, flammis acribus addictis, voca me cum benedictis. Oro supplex et acclinis, cor contritum quasi cinis, gere curam mei finis. Lacrimosa Lacrimosa dies illa qua resurget et favilla iudicandus homo reus. Huic ergo parce, Deus. Pie Iesu, Domine, dona eis requiem. Amen. OFFERTORIUM Domine Iesu Domine Iesu Christe, Rex gloriae, libera animas omnium fidelium defunctorum de poenis inferni et de profundo lacu. Libera eas de ore leonis, ne absorbeat eas tartarus, ne cadant in obscurum, sed signifer sanctus Michael repraesentet eas in lucem sanctam, quam olim Abrahae promisisti et semini eius. Hostias et preces Hostias et preces tibi, Domine, laudis offerimus. Tu suscipe pro animabus illis, quarum hodie memoriam facimus. Fac eas, Domine, de morte transire ad vitam, quam olim Abrahae promisisti et semini eius. Sanctus Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus Benedictus qui venit in nomine Domini. Hosanna in excelsis. Agnus Dei Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis. Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem. Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona eis requiem sempiternam. COMMUNIO Lux aeternam Lux aeternam luceat eis, Domine, cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es. Requiem aeternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis, cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es. |
INTRODUCCIÓN
Dales descanso eterno, Señor, y que la luz perpetua los ilumine. Mereces un himno, Dios, en Sion y te ofrecerán votos en Jerusalen. Atiende mi oración, A ti todos quieren venir. Señor ten piedad Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad.
SECUENCIA Día de ira Día de ira, ese día de siglos reducidos a ceniza, como profetizó David con la Sibila. ¡ Cuánto terror en el futuro c cuando el Juez venga cuentas estrictas a exigirnos!
Trompeta asombrosa Trompeta asombrosa sonando por las regiones de los sepulcros reunirá a todos ante el trono. Muerte y naturaleza atónitas cuando resuciten las criaturas para responder ante el Juez. Libro aquel profético en que todo está contenido el mundo será juzgado. El Juez cuando se siente todo lo oculto sacará a la luz, nada quedará impune. ¿Qué podré decir yo, miserable? ¿A qué abogado invocaré, cuando ni los justos están seguros?
Rey de tremenda Rey de tremenda majestad quienes salves será por tu gracia, ¡sálvame, fuente de piedad! Acuérdate Acuérdate, Jesús piadoso, ya que soy la causa de tu venida, no me pierdas ese día. Buscándome, te sentaste cansado, me redimiste padeciendo la cruz; t ant o trabajo no sea vano. Justo juez que castigas, otórgame el perdón antes del Día del Juicio. Gimo, como un reo, La culpa enrojece mi rostro; A el suplicante, perdona Dios. Tú que absolviste a María y perdonaste al ladrón, también a mí has dado esperanza. Mis ruegos no lo merecen, siendo tu bueno haz benignamente que no arda en fuego eterno. Entre ovejas dame un lugar y separándome de los borregos colócame a tu derecha. Rechazados Rechazados los malditos, a las crueles llamas entregados, llámame con los benditos. Ruego suplicante y humilde, de corazón contrito casi en cenizas, ten piedad de mi fin. Lacrimoso Lacrimoso día ese en que resurja del polvo para ser juzgado el hombre reo. Perdónalo pues, Dios. Piadoso Jesús, Señor, dales el descanso. Amén. OFERTORIO Señor Jesucristo Señor Jesucristo, Rey de la gloria, libera las almas de todos los fieles difuntos de penas infernales y del profundo lago. Líbralas de la boca del león, que el abismo no las absorba, ni caigan en las tinieblas, sino que el abanderado San Miguel las conduzca hacia la santa luz, como antaño prometiste a Abraham y a sus descendientes. Súplicas y alabanzas Súplicas y alabanzas a ti, Señor, ofrecemos en sacrificio. Acéptalas en nombre de las almas en cuya memoria hoy las hacemos. Hazlas pasar, Señor, de la muerte a la vida, como antaño prometiste a Abraham y a su descendencia. Santo Santo, santo, santo es el Señor Dios de los Ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Hosanna en las alturas. Bendito Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en las alturas. Cordero de Dios Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, danos la paz. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, dales el descanso eterno. COMUNIÓN Luz eterna La luz eterna brille para ellos, Señor, con tus santos en la eternidad, porque eres misericordioso. Descanso eterno dales, Señor, la luz perpetua los ilumine, con tus santos en la eternidad, porque eres misericordioso. |
Tomado del programa de mano por: Ricardo Rozental
¡No te pierdas el Réquiem en Re menor, K 626 interpretado por Staatskapelle Halle y con la participación de Deborah York, soprano - Michaela Selinger, mezzosoprano - Paul Schweinester, tenor y Andreas Scheibner, barítono!