Con las coproducciones, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo se ha convertido en un aliado de la danza y del teatro colombianos

La relación de Salvador Dalí y Federico García Lorca, los delirios del poder de El coronel no tiene quien le escriba, una desoladora historia de abuso infantil y un canto al proceso de paz en Colombia. Todas esas historias tomaron vida en la escena gracias al sistema de coproducciones que el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo ha emprendido con las principales compañías de danza y de teatro del país.

Durante sus primeros diez años de existencia, que se empezaron a celebrar el pasado 26 de mayo, el Teatro Mayor ha estrenado 27 coproducciones en las que ha realizado un aporte de 1.133 millones de pesos.

Este año, por ejemplo, ya se estrenaron Alegría Station, coproducción con grupo Teatro Azul de Armenia y el Teatro Español y sus Naves del Matadero, y la pieza de danza contemporánea Aloysa, de Triknia Dance Company.

En el segundo semestre, se estrenarán piezas en asocio con grupos tan importantes como el Teatro La Candelaria, con Nayra; Teatro CENIT, con Homo Homini Lupus; Teatro Petra, con Bueno y malos (o buenas o malas), la nueva obra de Fabio Rubiano; Teatro Quimera, con Aquiles o el guerrillero, y L'Explose Danza, con Estela, un homenaje al fallecido coreógrafo español Tino Fernández.

Además, en el 2020 el Teatro Mayor iniciará sus coproducciones de piezas multidisciplinares con el proyecto Anatomía de lo intangible del Dúo BoteroDelgado.

L’Explose ya había estrenado otra coproducción con el Teatro Mayor, La miel es más dulce que la sangre, en el 2018, que parte del cuadro del mismo nombre de Salvador Dalí y se inspira además en algunos versos del poeta andaluz Federico García Lorca, que se convierten en sentidas rutinas coreográficas.

Luego de su estreno en Colombia, la pieza recorrió España logrando una gran acogida, al punto de que obtuvo tres candidaturas a los Premios Max, que reconocen lo mejor de las artes escénicas de España.

Otros tradicionales grupos que han creado sus obras con este sistema de apoyos han sido el Teatro Libre, que estrenó en el 2018 Historia de Navidad, escrita por Juan Diego Arias y dirigida por Ricardo Camacho; Teatro Tierra, con piezas como Los cincos entierros de Pessoa y La maldición del rey ciego, inspirada en la leyenda de Tebas; Umbral Teatro, con su poética De peinetas que hablan y otras rarezas, y Teatro Vreve, con Dormida/Mujer/Muerta.

Gracias a estos apoyos, se ha dado la coincidencia de producir dos obras inspiradas en las novelas del nobel colombiano Gabriel García Márquez. El año pasado, el Teatro Itinerante del Sol, dirigido por Beatriz Camargo, estrenó De cómo la tribu del gitano Melquiades y su mujer Sol-Edad viaja mil años con unos pergaminos para llegar a Macondo, que tiene como punto de partida al enigmático personaje de Cien años de soledad.

En el 2016, el grupo Ensamblaje Teatro, de Misael Torres, llevó a escena la novela más compleja de García Márquez, El otoño del patriarca, en su obra La soledad del supremo, en la que Torres interpretaba al despiadado dictador que protagoniza la historia del nobel.

Otros grupos más jóvenes, como Mukashi Mukashi, con Pacamambo, HotSpot, con Migraré, Migrarás, Migrarán, y La Maldita Vanidad, con su díptico Dramas neocostumbristas de carácter fatal, también se han sumado a este sistema de coproducciones.

Ya desde sus primeros años de funcionamiento, este programa dio frutos con destacadas piezas como Blackbird, adaptación de la pieza del dramaturgo David Harrower que se montó en asocio con Casa E. Dirigidos por Nicolás Montero, actual Secretario de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, Humberto Dorado y Maia Landaburu recorrían la devastadora historia de una mujer que fue abusada cuando era niña.

En el terreno de la danza, estas coproducciones han beneficiado importantes grupos del país, como El Colegio del Cuerpo, que estrenó en el 2018 SacrifiXio / La consagración de la Paz, una pieza de Álvaro Restrepo que hacía llamado para cuidar el proceso de paz colombiano.