“La juvenil de la OFB realmente me conmovió”: Conrad van Alphen

Conrad van Alphen, director holandés – sudafricano, condujo tres orquestas durante el pasado Festival Internacional de Música Clásica, Bogotá es la Rusia Romántica: la Orquesta Juvenil de la OFB, la Orquesta Nacional Rusa (que dirige regularmente) y la Staatskapelle Halle. 

Sobre la orquesta joven de la Filarmónica de Bogotá Van Alphen señaló: “Realmente me conmovió, siempre es conmovedor tener un grupo grande de jóvenes trabajando, son poderosos, propositivos. Ponen gran parte de su vida en algo que adoro, para mí la música clásica es lo más importante, ver a tantos jóvenes con esa energía, entregándose de esa manera. Me sorprendió positivamente su nivel. Son jóvenes, intentan sorprender y se trata de usar esa energía y manejarla para hacer algo especial y lo logramos. Fue sorprendente, me siento orgulloso de ese concierto.”

La presentación de Van Alphen y la OFB juvenil se realizó el jueves 13 de abril en el Auditorio León de Greiff. Se tocaron la Obertura Príncipe Igor de Borodin, Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov  y la Sinfonía N° 1 de Tchaikovski. El solista fue el pianista ucraniano Igor Tchetuev.

Sobre si considera tener un don especial para dirigir las orquestas jóvenes, Van Alphen respondió: “Tal vez tenga una energía similar a la que tenía mi padre, que era un hombre muy vital. Es muy difícil hablar de mí como director, la misión que tengo con todas las orquestas que dirijo es darle a la orquesta esta energía. Algo que encontré en esta joven orquestra es que no tuve que trabajar de un modo distinto a como trabajo con las profesionales, esto es muy importante porque a veces el nivel es bajo o los músicos no están lo suficientemente interesados y tienes que probar muchas alternativas para conseguir el producto que al final quieres. Con la juvenil trabajé como trabajo con profesionales y esto fue adorable.”

De cara al festival, Van Alphen tuvo que volar directamente de Moscú a Bogotá para ensayar con la juvenil de la OFB, pero su actividad para la fiesta musical que fue “Bogotá es la Rusia Romántica” no se limitó a dirigir tres orquestas, también colaboró en la consecución de las partituras del concierto para chelo de Gretchaninov que se tocó durante el Festival y que estaban perdidas en algún lugar de la gigante Rusia y Van Alphen, después de meses de llamadas y viajes, logró rescatar para que fueran tocadas en Bogotá.

A propósito de cómo la experiencia en Bogotá enriquecería la música en Rusia debido a que en la capital colombiana se tocaron piezas que difícilmente se ejecutan en el país euro-asiático, Van Alphen cree que Bogotá es la Rusia Romántica ayudó a ese propósito: En Bogotá “conduje por primera vez la sinfonía número uno de Balakirev, lo disfruté y lo voy a programar en mis próximos conciertos, todos los músicos (que estuvieron en el Festival) harán lo mismo.”

Consultado sobre cuál es el mejor método para ajustar el trabajo de una orquesta, Van Alphen sugiere: “Hay toda una discusión sobre jerarquías, el liderazgo, y se trata simplemente de hacer lo que tienes que hacer. Tienes que ser estricto, pero también debes quererlos como lo hace un padre estricto. Debes amar a aquellos con quienes trabajas. Mi experiencia me dice que las orquestas aceptan el ser severo a través de la convicción musical pero no a través del ego. Todo lo que le pido a la orquesta es un resultado musical, no un resultado para mi ego.”  

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